La Reina Isabel de Inglaterra es la monarca que más años ha estado en la Corona. La ceremonia donde tomó el mando se llevó a cabo el 2 de junio de 1953 en la Abadía de Westminster, Londres, cuando tenía apenas 25 años; más de un año después del inesperado fallecimiento de su padre, el Rey Jorge VI. Con mucho temor pero fuerza y convencimiento, La ahora Reina conquistó a los ingleses y se convirtió en un personaje histórico que será recordado y admirado por miles de años.
Aquel 2 de junio la Reina Isabel recibió la joya más importante quizá, de todo el mundo: La Corona Imperial.
Una gran pieza sagrada que se mandó a hacer para la coronación de Carlos II, luego de destruir la más antigua hecha en el siglo XI. Es el tesoro de la Familia Real Británica y su valor es incalculable. Simboliza el poder de la monarquía y tiene un gran significado histórico, religioso y cultural.
Esta pieza únicamente es utilizada en el momento de la coronación.
¿Cuánto cuesta la Corona Imperial Británica?
Es muy complicado sacar una cantidad. Un grupo de expertos intentó hacer un aproximado valuando cada pieza, aproximadamente. El gorro de terciopelo lo valuaron en tres dólares, la pieza de armiño en 34 dólares, los siete zafiros en 2 millones 142 mil dólares y el resto de los elementos en 4 millones 519 mil dólares.
En el documental ‘La Coronación’ de la BBC, la Reina Isabel habló con el experto Alastair Bruce de aquella ceremonia y por supuesto, de esta impresionante joya. Fue la primera entrevista formal en sus 68 años coronada que la Monarca ha concedido.
En ese exclusivo material, la Reina confesó que llevar una corona de tal magnitud no es lo que todos creen. Para empezar, viajar en carruaje es muy incómodo porque al ser tan antiguos, no cuentan con los amortiguadores que hay hoy en día u otras características que hacen a los vehículos algo cómodo. Pero además, tener que ir en él con la Corona, fue una pesadilla.
«No puedes mirar hacia abajo para leer el discurso, tienes que levantarlo. Si lo haces, tu cuello se rompería», afirma la soberana.
Tiene 2 mil 868 diamantes, un rubí, 17 zafiros, 11 esmeraldas y cientos de perlas. Tiene una piedra preciosa conocida como ‘El rubí del Príncipe Negro’, en el centro de la cruz de diamantes está incrustado el zafiro de San Eduardo, se dice que lo lució en un anillo que se le quitó en su tumba, y cuenta también con el suntuoso diamante conocido como ‘La Segunda Estrella de África’, una piedra de 317,4 kilates. Todo eso suma un total de 2.2 kilos sobre la cabeza por HORAS. Isabel contó que afortunadamente su papá y ella tenían la cabeza de casi la misma medida porque una vez puesta, se queda ahí.
Para la ceremonia usó dos coronas: la de San Eduardo que nunca en su vida ha vuelto a usar y la Corona del Estado Imperial que sí ha llevado en algunas ocasiones de extrema formalidad como la apertura del parlamento.
Ser Reina no es sencillo y llevar una Corona tampoco es lo que todos nos imaginamos. Al menos usar esta Corona Imperial Británica, a palabras de Isabel II, es una pesadilla.
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