El 22 de noviembre de 1963 es una fecha que pasó a la historia de los Estados Unidos y que siempre vivirá latente en el recuerdo, el día en el que el entonces presidente de aquel país, John F. Kennedy fue asesinado mientras viajaba en un automóvil con su esposa Jackie, mientras recorría saludando las calles de Dallas, Texas.
Tres disparos a la cabeza fueron los que le arrebataron la vida, un charco de sangre en aquel auto y la escena de Jackie manchada de ella fue el momento más dramático del suceso.
Y aunque este año se cumplen 57 años de aquel momento, siempre seguirá siendo un misterio… más aún, si lo relacionamos con la importancia que tenía y sigue teniendo el traje que Jackie (considerada un icono de moda y estilo) vestía en aquel momento, el cual también fungió protagonista de la escena del crimen y posteriormente.
Jackie no quiso quitarse el traje
Suena como salido de una película, pero fue la realidad, luego de que su esposo muriera en sus brazos y ser manchada de sangre, Jackie Kennedy no quiso quitarse aquel traje rosa y lo llevó por horas hasta el juramento de Lyndon B. Johnson como nuevo presidente.
A pesar de que muchas personas a su alrededor le sugirieron quitarse aquel traje de dos piezas ensangrentado, Jackie respondió con una frase que se convertiría en emblemática de aquel trágico momento: “Que vean lo que le han hecho” entre lágrimas y un aspecto desolado.
NO era Chanel
Aunque la estética era muy similar a la de la casa francesa, no, el traje de Jackie Kennedy NO era Chanel, sino una réplica y no estamos hablando de una copia precisamente.
En aquellos años era muy recurrente que debido a que la exportación de ropa y accesorios no era muy común, las casas de moda vendían y enviaban a América los bocetos/bosquejos, para que las tiendas de dicho continente replicaran los diseños.
El traje de Jackie Kennedy se trataba de una replica (con materiales originales) realizada por Chez Ninon, -una tienda de modas neoyorquina que copiaba diseños de casas de diseño europeas-, y claramente parte de un original que Coco Chanel mostró en un desfile de París para su colección otoño/invierno de 1961-1962. El cual, según la revista People, era el favorito del Presidente Kennedy.
Aunque también hay otra teoría que argumentada por el propio Karl Lagerfeld de que se trató de una copia del diseñador Oleg Cassini, modisto de Jackie Kennedy, quien la ayudó a conseguir y encontrar su propio estilo, según la revista Elle.
Será resguardado hasta el 2103
Sin lavar y con la sangre aún en las fibras. Un ejemplo más de que la realidad supera a la ficción… e incluso la película protagonizada por Natalie Portman “Jackie” (2016) se queda corta.
No se trata de una broma o historia de terror, el icónico traje dos piezas de color rosa pertenece ahora a los fondos de los Archivos Nacionales de Estados Unidos y se conserva como un tesoro nacional que marcó un momento histórico y toda una época.
El traje de lana está específicamente oculto en Maryland, al noroeste de Estados Unidos y se encuentra en una caja fabricada especialmente para resguardar dichas prendas, y fue hecha sin ácidos, así como con control de temperatura y humedad con el objetivo de conservarlo a la perfección.
Fue la misma hija de John y Jackie, Caroline Kennedy quien lo donó en el año 2003 a los Archivos Nacionales de Estados Unidos con la condición de no ser expuesto al público en señal de respeto a la familia.
También, de acuerdo a las condiciones de la familia, el traje deberá resguardarse ahí por 100 años, sí, hasta el año 2103 (justo el año en el que se cumplirían 150 del asesinato)… momento en el que los descendientes del matrimonio Kennedy, decidirán qué tipo de tratamiento quieren darle a esa icónica prenda: ya sea no dejarlo ver nunca más la luz o mostrarlo al mundo. Un misterio del que al menos nadie de esta época podrá ser testigo.
Si algo es seguro es que aquel traje rosa es el ejemplo perfecto del impacto que la moda puede tener tanto social como políticamente, el motivo por el que Jackie lo llevó ese día y decidió mantenerlo aún manchado de sangre, fue algo que ella misma se llevó a la tumba.
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