Absolutamente todo en el mundo de la moda goza de una historia única que más allá de ser contada, debe admirarse en cada persona que la lleva puesta. Desde los jeans más sencillos, hasta las distintas botas que vemos en los pies de la gente mientras paseamos por la calle, todo tiene un pasado digno de ser admirado por el resto del mundo. ¿Pero cómo es posible encontrar todos estos datos con sólo echar una mirada a una simple prenda? Sencillo, la clave está en la gente que las usa.
Podríamos regresar a la repetida historia de los jeans con remaches en las bolsas que nos sugieren que quien los usa busca comodidad para un trabajo pesado o agotador. Por otro lado, al mirar a los pies podríamos darnos cuenta de quienes se identifican con una clase social u otra; habría que pensar, por ejemplo, en las botas con suela ancha y quizá casquillo rígido en la punta es imaginarnos a un trabajador que necesita de éstas para no arriesgar sus pies en el trabajo. Mientras que unos tacones –a los que también podemos relacionar con trabajo–, nos hablan de actividades más relajadas en donde lo importante no es cómo, sino qué usas.
En efecto, tú no eres lo que vistes, lo que vistes es lo que eres. La ropa habla por ti al igual que el maquillaje. Estamos acostumbrados a pensar que el maquillaje se inventó como una máscara para ocultar nuestros verdaderos rasgos, no obstante, gracias a todas las opciones que hay en el mercado, podemos decirle adiós a esta falsa creencia para que incluso esta serie de pigmentos en combinación con el tono de piel nos hablen de una identidad que no sólo se ve, sino que se siente aún más cuando se aplican algunos de estos trucos.
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Tez blanca
Toma en cuenta el color de tus ojos y cabello para escoger un tono de maquillaje que contraste con estos. Recuerda que en tu rostro siempre debe haber equilibrio.
No escojas un labial que haga lucir tus dientes amarillentos, puedes usar tonos rosas o bayas para cuando te aburras del rojo. Si quieres un look atrevido, ve directo hacia el azul.
Si por la claridad de tu piel te saltan algunas venas azules, puedes aplicar poco a poco corrector en tonos amarillos para desvanecerlas.
Inclínate por usar tonos fríos en tus mejillas; prueba con diferentes matices de rosa o beige hasta que encuentres el que contraste con tu piel.
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Tez morena
Intenta no cargar tu maquillaje, apenas basta un poco de corrector, rubor y una buena mascara para que luzcas espectacular.
Deja que tus cejas resalten tus ojos aplicando sobre ellas un poco de sombra café o gris; sólo procura que el retoque sea leve, lo único que queremos es que resalten, no que pierdan su forma.
Para usar rubor, puedes usar tonalidades bronce o melocotón, todo depende del efecto que quieras darle a tu piel. Recuerda que éste se coloca debajo de tus pómulos difuminándose hacia arriba y hacia afuera.
Si quieres usar iluminador, puedes probar un tono dorado pálido debajo de tus cejas y en el hueso que va sobre tus mejillas. Aunque son zonas pequeñas, resaltarlas puede hacer mucho por tu rostro.
En los labios, no hay nada mejor para tu tono de piel que los colores brillantes como el rosa, morado y rojo.
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Tez oscura
Para centrar la atención en tus ojos puedes utilizar sombras que los enmarquen, evidentemente tienen que ser tonos neutros; aunque siempre hay lugar para el brillo, sobre todo si es en champán.
Desde el soft pink, hasta el rouge en acabado mate, no dudes en darle a tus labios el color que merecen.
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Aunque hay quienes creen que la mejor manera de hablar de nosotros es con un look no-make up, es necesario entender que el maquillaje no está peleado con la identidad y precisamente estos trucos nos lo demuestran, pues están pensados para resaltar la belleza de tu piel hasta un nivel que ni siquiera tú –que la ves todos los días frente al espejo– habías notado.