Que sí, que no, que quién sabe…¿bipolaridad? Al parecer sí; ahora, Corea del Norte amenazó con que su líder supremo, Kim Jong-un, podría no asistir a la cumbre con Estados Unidos, planeada para celebrarse en Singapur el próximo 12 de junio, como consecuencia de las declaraciones del consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, en las que exigió a la capital del régimen, Pyongyang, adoptar el «modelo libio» de desnuclearización.
El «modelo libio» hace referencia a la forma en la que el dictador, Muammar Gaddafi, pretendía desarrollar un acuerdo de desnuclearización (similar al actual iraní) bajo el consentimiento del entonces gobierno de George W. Bush (EUA) y Tony Blair (Reino Unido).
Sin embargo, Libia continuó con el desarrollo de armas de destrucción masiva a costa del conocimiento de EUA y Reino Unido, así que Occidente impuso sanciones a través del Organismo Internacional de Energía Atómica para poder contrarrestar el avance en la producción de armas, lo que finalmente culminó con la desmantelación definitiva entre diciembre del 2002 y enero del 2003.
Ante este discurso desdeñoso, Pyongyang exigirá que Washington haga gestos de buena voluntad y de respeto para que Donald Trump llegue con mayor fuerza en las negociaciones. Pero el mandatario estadounidense ya habló al respecto: «Tendremos que ver si sigue la cumbre. No nos han notificado ninguna decisión».
Las declaraciones de Bolton no ayudan en la culminación de la cumbre EUA-Corea del Norte. (Foto: Getty Images)
¿Y el programa nuclear?
Tras la perturbación que sintió Norcorea, el viceministro de relaciones exteriores, Kim Kye-gwan, sentenció, a través de un comunicado transmitido en la cadena televisiva oficial, KCNA, que Pyongyang ya estableció las bases con las que pretende negociar, las cuales, de ninguna manera, incluyen renunciar, ni unilateral ni totalmente, al programa nuclear.
Nosotros hemos demostrado gestos de buena voluntad al desmantelar nuestros centros de operación nuclear y la liberación de tres presos estadounidenses. A cambio buscamos los mismos gestos positivos por parte de Washington.
Sin embargo, dijo estar dispuesto a seguir adelante con la cumbre siempre y cuando EUA deje de comparar a Corea del Norte con la caída del programa nuclear libio.
Si Estados Unidos nos acorrala y exige unilateralmente que nos deshagamos de nuestro programa nuclear, dejaremos de tener interés en las conversaciones y tendremos que reconsiderar si aceptamos la próxima cumbre estadounidense-norcoreana.
Maniobras militares, ¿una provocación?
Y Pyongyang mandó otro mensaje a Washington respecto a las maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur y EUA en la región Asia-Pacífico, bautizadas como «Max Thunder» y que consisten en movilizaciones de centenares de aviones militares como bombarderos B-52 y cazas, así como el manejo de mil 500 soldados controlados por el Pentágono.
En esencia, el régimen las considera como una provocación y una falta de compromiso de cara a la cumbre, y todo eso a pesar de la apertura de Kim Jong con su vecino sureño y EUA.
Las autoridades surcoreanas han recurrido a actos impropios bastante contrarios a la promesa de colaborar por la paz, la prosperidad y la reunificación de la Península, y han recurrido a actos provocadores como permitir que una escoria humana arrastre por el barro ostentosamente la dignidad del Líder Supremo y su sistema… en la Asamblea Nacional
Entonces, el futuro de la cumbre es incierta y sólo queda esperar a que alguno de los dos líderes, Trump o Kim Jong-un, se decidan (de una buena vez) al respecto.
Activistas se manifiestan contra la operación Max Thunder que entorpece la cumbre Trump-Kim. (Foto: Clarín)
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