La encontraron mirando el cielo: cuando creemos que se conoce al menos una buena parte de lo que rodea a la Tierra, la inmensidad del Universo sigue deslumbrándonos con mundos que oculta en su interior.
Un descubrimiento como el que hace poco hicieron unos científicos que inspeccionaban un cúmulo globular y se dieron cuenta que había estrellas fuera de su lugar. Entonces, al investigar con más profundidad a qué se debía esto, se dieron cuenta que las estrellas desconocidas son parte de una galaxia completamente desconocida hasta ahora.
Y así pasa en el mundo de la ciencia: nunca sabes cuándo puedes estar investigando una cosa y ¡pum! De la nada te encuentras con toda una galaxia nueva.
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Así localizaron a Bedin, quien se escondía junto a luminosas estrellas. (Foto: NASA)
Lo que sabemos de ella…
Se trata de una galaxia enana esferoidal y fue toda una sorpresa encontrarla, como explicaron los científicos que publicaron su descubrimiento en el diario Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Le pusieron de nombre Bedin I en honor al astrónomo que la encontró y definitivamente es una cosa extrañísima: es extremadamente pequeña, es opaca y muy muy antigua, y dicen que está muy cerca de nosotros, justo a lado, es decir a unos 30 millones de años luz.
Se encuentra en la constelación Pavo y la galaxia bebé no había podido ser identificada porque estaba tapada por NGC 6752, precisamente el cúmulo globular que estaba estudiando el equipo de astrónomos.
Fue detectada gracias al telescopio Hubble de la NASA y algo interesante también es que hasta ahora sólo se han identificado aproximadamente 36 galaxias de este tipo en el grupo local. Fue un verdadero milagro que la vieran, según Bedin:
Si la galaxia hubiera estado 10 veces más lejos, hubiera sido más difícil detectar. Hubiera estado fuera de nuestro grupo local.
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La galaxia se estaba escondiendo de los astrónomos. (Foto: Sputnik)
Una cosa muy antigua
Bedin I tiene más o menos 13 mil millones de años, tan vieja es que sus estrellas más antiguas ya no están quemando hidrógeno. Esta galaxia se formó durante las etapas más tempranas del Universo, por lo que es considerada un fósil cosmológico.
Esto demuestra que en efecto, después del Big Bang, algunas de las galaxias que se formaron poco después se encuentran cerca de la nuestra, sin embargo, es muy difícil identificarlas porque son pequeñas y muy tenues.
Sigue habiendo muchísimas cosas que investigar, pero es un hecho que el descubrimiento de Bedin es un gran paso en la reconstrucción de la historia cosmológica.
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