El destino de los habitantes del pueblo de Mati, localidad balnearia en Grecia localizada al este de Atenas, se jugaron la vida al azar cuando las llamas que arrasaron el poblado llegaron de improviso durante los incendios masivos registrados desde este lunes y que hasta hoy ya han cobrado la vida de 79 personas.
Kiriaki Aleziadou escapó en coche a toda velocidad y salvó su vida, mientras que otros decidieron correr hasta la playa y la perdieron. “Mi marido me dijo de irnos con nuestro nieto de siete años, corrimos hasta el coche, las piñas de los pinos ardían y estallaban entre los árboles”, explica la jubilada de 62 años.
Los sobrevivintes del infierno
Los supervivientes en Mati comparten el sentimiento de que su vida pendió de un hilo. Muchos de ellos se refugiaron en las calas en los alrededores de esta estación balnearia, donde el agua volvía a brillar este miércoles bajo un sol intenso.
(Foto: AFP)
Una sandalia, un vestido, un juguete… Todos tipo de objetos fueron olvidados durante “una noche de infierno”, recordaron los habitantes del pueblo griego, que junto con otras comunidad y poblados de la zona central de la península griega que vive una de las peores catástrofes en décadas.
“Éramos cinco. Yo dije: volvemos al interior de la casa, cerramos las ventanas y que suceda lo que tenga que suceder”, explicó Christopoulos a la AFP, con el rostro cansado, desde su chalet, que quedó prácticamente intacto y en el que no hubo ninguna víctima mortal.
Mati es una pequeña localidad costera al este de Atenas. (Foto:Google Maps)
Theodoros Christopoulos, un habitante de Mati, sólo tuvo unos pocos segundos para tomar una decisión después de que una espesa nube de humo gris invadiera su jardín, anunciando la llegada de las llamas desde las montañas con una velocidad increíble.
El jardinero
Guardián de una modesta casa, cercana a la línea del mar, Kissov consiguió llegar a la playa donde estuvo durante varias horas con su patrona, una mujer de 73 años enferma de cáncer. “Éramos al menos 300, lo peor era el humo, apenas podíamos respirar”, recuerda. Barcos de rescate evacuaron a los afectados a lo largo de la noche.
(Foto: El País)
Sin embargo, no todo el mundo pudo salvarse. A pocos metros de la casa de Kissov, 26 personas fueron halladas muertas en los terrenos de un chalet en primera línea de mar. Un acantilado impidió que escaparan.
La misma ruleta rusa dejó algunas casas intactas, apenas afectadas por las llamas, en la misma calle en que algunos chalés estaban completamente calcinados. “Lo hemos recuperado todo, el coche, el gallo y el perro!, asegura aliviado Kissov, mientras riega abundantemente su jardín. No muy lejos de allí, perduran las ruinas calcinadas.
“No hay razón que lo explique, por qué esta casa, por qué no la otra… todo ocurrió tan deprisa”, explica Fani Antonini, mientras levanta un jarro de flores, delante de su casa calcinada.
(Foto: El País)
Adiós al paraíso
En la calle paralela, Christos, 48 años, da la vuelta a su domicilio, contento de haber apostado hace unos años por una pintura especial. Sólo tendrá que cambiar las cortinas, mientras que el hogar de su vecina mayor quedó devastado.
“Otra cosa que hemos perdido, sonríe Christos con amargura, es que aquí vivíamos en el paraíso”.
*Con información de AFP
Podría interesarte:
Así combaten los enormes incendios forestales en Los Ángeles
Mueren más de 40 personas por ola de calor en Japón