Min, el dios de la fertilidad y la fuerza, era para los egipcios la imagen fiel de lo importante que el sexo era para ellos. Su figura, representada por un hombre bien derechito, de piel negra y con el pene erecto, era alabada por muchos de los que consideraban el sexo como parte de una costumbre que debía practicarse sin ningún tipo de limitante. Y así lo hacían.
Imágenes presentadas por egiptólogos, dan cuenta de las orgías, los incestos y las prácticas de prostitución que se ejercían en el Antiguo Egipto y que hoy podrían considerarse escandalosas. Quizá pocos entenderían que, obedeciendo a tradiciones religiosas o por querer preservar la “sangre azul” que creían poseer, los egipcios realizaban todo tipo de prácticas sexuales inimaginables.
El sexo oral, en público, era una de las prácticas más recurrentes de los egipcios. (Foto: Infobae)
Hace cuatro mil años, dicen los estudiosos, todo lo que ocurría en el Antiguo Egipto era sinónimo de avances destacados en la humanidad. Al estar conscientes de ello, los faraones querían preservar su linaje, hacer que su sangre azul perdurara, por lo que ejecutaban conductas sexuales que hoy en día no parecen ser las más “sanas”.
Por ejemplo, creían que alargaban su existencia a través de su dinastía, misma que se generaba casando a padres con hijas, básicamente para que el “estado de pureza” de su linaje, no se viera alterado al matrimoniarse con personas ajenas a su estirpe.
Se dice que las cortesanas egipcias usaban la música para excitar a sus clientes. (Foto: Infobae)
Las imágenes encontradas por egiptólogos como el francés Jean-Francois Champollion, indican que también se realizaban orgías en las que, por ejemplo, el sexo anal estaba presente. «Había imágenes de monstruosa obscenidad que realmente me dieron una extraña impresión acerca de la sabiduría y compostura egipcia», declaró Champollion al diario ABC.
«Ven y métemela por detrás», es una de las frases más llamativas encontradas en el Papiro erótico de Turín. Ahí se observa una orgía en la que no sólo participan faraones sino también sacerdotes y miembros de la Corte. En ese mismo papiro se puede ver, en distintas imágenes, la aparición de una especie de arpa, la cual se cree era utilizada por las cortesanas egipcias para excitar a sus clientes.
Especie de preservativo utilizado por aquellos egipcios que no querían tener hijos. (Foto: Revista Quo)
Otro de los elementos sagrados para los egipcios era el semen. Dicen que el origen del mundo comenzó con el dios Atum, quien al masturbarse dio origen a los dioses con su semen y, además, el flujo al Río Nilo. Desde ese entonces los faraones acudían a las orillas a masturbarse y a dejar caer el semen en el agua, creyendo que así se daría origen a más dioses.
Aunque la fertilidad era lo que se buscaba para preservar el linaje, había mujeres y hombres que no siempre desearon reproducirse. Para ello, las mujeres introducían en su vagina, una especie de diafragma fabricado con excremento de cocodrilo, miel y leche agria, el cual, según los Papiros de Lahun, encontrados en 1889, funcionaba como espermicida.
Las prácticas sexuales egipcias después fueron consideradas escandalosas, aunque en este tiempo, muchas de ellas posiblemente se sigan practicando aunque no sean tan públicas como hace más de cuatro mil años.
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