Seas partidario de la legalización de la marihuana o no, es un hecho que su uso medicinal tiene una efectividad innegable, pues ha demostrado ser útil para tratar enfermedades como la epilepsia, el Párkinson, artritis, asma, cáncer y, de forma general, para dolores crónicos.
Hablando de este último caso, los científicos no habían logrado identificar cómo o por qué era que el cannabis tenía este poder analgésico… hasta ahora. Por primera vez desde que se estudia a la planta con fines medicinales, un grupo de científicos logró identificar cómo la planta produce las moléculas que sirven como analgésicos y que, además, son 30 veces más potentes que una aspirina.
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Usando una combinación de bioquímica y genómica, han logrado determinar cómo el cannabis produce las moléculas cannflavina A y cannflavina B, también conocidas como flavonoides y descubiertas por primera vez en el año 1985. Durante muchos años, la investigación sobre las mismas se paró debido a la alta regulación que existía en todo lo relativo al cannabis.
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De acuerdo con el grupo de investigadores de la Universidad de Guelph, que publicaron sus resultados en la revista Phytochemistry, existe la necesidad de desarrollar alternativas para el alivio del dolor agudo y crónico que vayan más allá de los opioides.
Estas moléculas no son psicoactivas y se dirigen a la inflamación, lo que las convierte en analgésicos ideales.
En la actualidad, esta sustancia es legal en Canadá, por lo que los científicos han querido analizar cómo se hacen estas moléculas.
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Hay muchos genomas secuenciados que están disponibles públicamente, incluido el genoma de cannabis sativa, que se pueden extraer para obtener información. Si sabes lo que estás buscando uno puede dar vida a los genes, por así decirlo, y reconstruir cómo se ensamblan moléculas como las cannflavinas A y B.
Con la información genómica disponible, aplicaron técnicas bioquímicas clásicas y han podido verificar qué genes de cannabis eran necesarios para crear las cannflavinas A y B, las cuales atacarían el dolor reduciendo la inflamación.
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Poder ofrecer una nueva opción de alivio del dolor es emocionante, y estamos orgullosos de que nuestro trabajo tenga el potencial de convertirse en una nueva herramienta en el arsenal para el alivio del dolor.
Sin embargo, los investigadores han reconocido que estas moléculas están presentes en niveles “muy bajos” en el cannabis, por lo que sus esfuerzos actuales están enfocados en desarrollar un sistema biológico capaz de crear estas moléculas en grandes cantidades.
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