Durante 1992, Ingo Hasselbach fue uno de los principales líderes el movimiento neonazi en Berlín, Alemania. Entre sus lemas y protestas gritaba “¡Fuera los extranjeros!”, e incluso llegó a lanzar bombas molotov contra personas inocentes.
Ingo nació en el seno de una familia nazi, sus padres eran dos periodistas leales al Partido Comunista; su madre fue editora en el ADN (Allgemeiner Deutscher Nachrichtendienst) la agencia de noticias de la Alemania Oriental y su padre trabajó en el servicio de radiodifusión de Berlín del Este.
Sus infancia estuvo repleta de ideologías supremacistas y creció en el distrito de Lichtenberg, Berlín, un barrio dominado por hippies, punks y skinheads de ultra derecha.
Ingo fue uno líder neonazi a principios de los 90, y estuvo en varias ocasiones en la cárcel por incitación al odio. (Foto: BBC)
En entrevista con The New Yorker, Ingo recordó cuando en 1987 fue arrestado junto a uno de sus amigos por gritar “¡El muro debe de caer!”. Después de su liberación conoció a Frank Lutz, un skinhead que golpeó a personas discapacitadas bajo la ideología neonazi.
Su adolescencia estuvo marcada por peleas entre punks y skinheads, además de una lectura llena de escritores como Fred Leuchter hasta que conoció a las personas incorrectas para organizar la Alternativa Nacional de Berlín y la Camaradería de Nacionalistas Sociales Revolucionarios, dos movimientos de extrema derecha bastante violentos.
Después de pasar un tiempo en las cárceles germanas por cometer crímenes de incitación al odio y ataques racistas, un momento en particular cambió su vida. Para 1993, la violencia de los colectivos neonazis y de extrema derecha provocó que repensara sus actos, su integridad quedó en peligro y finalmente decidió abandonar las creencias neonazis.
Ingo muestra sus tatuajes supremacistas, para no olvidar su pasado y ayudar a superar a otros su futuro. (Foto: BBC)
A más de 20 años haber liderado el movimiento skinhead de ultra derecha, hoy buscan ayudar a otros jóvenes a que olviden el fascismo para convertirse en personas productivas que se adaptan a una sociedad cada día más incluyente.
En entrevista para BBC, Ingo detalló cómo fue salir de un círculo de violencia tras unirse con un detective de policía, quien lo detuvo en varias ocasiones, para fundar la organización EXIT Deutschland, un colectivo que rehabilita a jóvenes neonazis.
«EXIT es un lugar donde las personas que quieran dejar el movimiento son bienvenidas, sin la necesidad de lidiar con la Policía o con el Estado, es una relación de confianza mutua y somos una organización independiente».
Bernd Wagner, el policía que lo detuvo en varias redadas, es el cofundador de EXIT. Durante el pasado del Partido Nazi en la Alemania comandada por Hitler, su familia vivió momentos de pesadilla.
«Mi familia sufrió mucho en la era nazi, así que sé del peligro de esa ideología, pero siempre creí que la gente puede cambiar, las ayudamos a crear nuevos objetivos para ellos mismos».
Desde el 2000 a la fecha, la organización estima haber “desradicalizado” a unas 700 personas. Entre sus actividades, se unen a marchas neonazis para convertirlas en caminatas de caridad involuntaria, por cada metro que caminan con los radicales, la gente puede donar para destinar recursos a la rehabilitación de los jóvenes.
Otro de sus programas consiste en infiltrarse en conciertos y eventos neonazis para distribuir gratis camisetas negras con mensajes de odio, pero estos cambian al entrar en contacto con el agua.
Actualmente, Ingo vive en Suecia junto a su esposa y se dedica a trabajar como escritor y periodista independiente. Entre sus más celebres libros se encuentra “Fürer-Ex: Memorias de un ex neonazi”, un texto autobiográfico donde relata su pasado y cómo logró salir de su ideología racista.
Podría interesarte:
El neonazi de Virginia golpeaba y amenazaba a su madre discapacitada
Militares neonazis de Reino Unido preparaban ataques terroristas
La niña scout que se impuso a un neonazi durante protesta