Alex Skeel es un joven de Reino Unido que lejos de vivir un “cuento de hadas”, sufrió un infierno a lado de su novia Jordan Worth, quien lo torturó, humilló, amenazó, apuñaló, golpeó y quemó.
¿Cómo comenzó todo?
Alex y Jordan comenzaron una relación cuando aún eran muy jóvenes, de hecho era la primera novia de Alex, así que no podía saber si lo que ocurría con ellos era normal dentro de un noviazgo o ella se estaba pasando de la raya.
Las cosas al inicio iban bien, todo parecía marchar viento en popa, y se amaban mucho. Se acompañaron durante muchos años, y cuando ambos se recibieron, decidieron vivir juntos.
Al principio todo parecía normal, se entendían y se amaban profundamente. Pero después, todo cambió. (Foto: Mirror)
No había signos de que Jordan fuera una demente, se graduó de la Universidad de Hertfordshire con Honores en Bellas Artes y quería convertirse en maestra. Hasta ahí todo iba bien.
¿En qué momento empezó la pesadilla?
Llevaban aproximadamente tres años de noviazgo cuando tomaron la decisión de vivir juntos, al inicio, cuenta Alex, el tormento era psicológico, peleaban constantemente y se ofendían de sobremanera, hasta que dice, pasaron a los golpes. Una vez Jordan le dio un golpe directo en la cara y en las manos con un martillo, y de ahí, las cosas simplemente fueron de mal en peor.
Jordan se adueñó totalmente de su teléfono… de su vida. Recibía los mensajes y las llamadas por él, impidiendo a toda costa que tuviera contacto con el exterior y aislándolo por completo de su familia.
Alex jamás imaginó el tormento que Jordan, su novia, le haría pasar cuando decidió que vivirían juntos. (Foto: metro)
Y ni hablar del tormento psicológico que llegó a atravesar a causa de la persona que supuestamente lo amaba más que a nadie en el mundo, en una ocasión, Worth le dijo que había recibido un mensaje de un familiar, donde le informaban sobre la muerte de su abuelo. Él no tenía forma de constatar que lo que Jordan decía era verdadero o falso, así que confió en ella.
Lloró desconsoladamente durante horas. Hasta que la mujer se acercó y le dijo que era mentira y que lo castigaría por preocuparse tanto por su familia pues la tenía que procurar más a ella.
¿Cómo llegó Alex a ese punto?
Esa era la pregunta que todos se hacían, ¿qué motivó a Jordan a hacer lo que le hacía a su novio?, y ¿porqué Alex lo soportaba?…
Quemaduras, golpes, martillazos, eran algunas de las agresiones que Alex recibía por parte de su novia Jordan. (Foto:Thesun)
Ni siquiera él lo sabe, comenta Alex que simplemente una cosa fue llevando a otra y sin que él se diera cuenta se encontraba prisionero en su propia casa, no encadenado ni nada, sino por voluntad, que es peor. La mente brillante de Jordan lo intimidaba a tal grado que lograba lo que ella quería.
¿Cuándo paró?
Un día los vecinos escucharon gritos y quejas, provenientes del departamento que habitaba la pareja, así que, sin saber qué es lo que estaba pasando, llamó a la policía inmediatamente.
Cuando llegó el oficial y tocó la puerta, Alex salió a atenderlo. No podía esconderlo más, tenía marcas en todo el cuerpo, golpes, quemaduras y moretones, aunque quiso ocultarlo cubriéndolos con papel film, el policía se sentó, habló con él diciéndole que comprendía que esos golpes no los había hecho el mismo, quería la verdad.
Alex habla ahora de su historia, para que los jóvenes no pasen por lo mismo que él. (Foto: El Toper)
Actualmente el chico agradece que lo hayan descubierto ese día, porque le salvaron la vida, pues dice, que muy probablemente no hubiera aguantado dos semanas más.
Me salvaron la vida. Me sentó en su patrulla y me dijo ‘mira, sé qué está ocurriendo. Estas heridas no fueron cometidas por ti. Dime la verdad. Le platicó Alex al programa This Morning, del canal ITV.
En una entrevista Alex cuenta que él jamás hubiera pensado antes en la posibilidad de suicidarse, pero que ahora entiende porque la gente lo hace, y es porque uno nunca sabe si mañana será peor que hoy, no saben cuando va a parar, y porque no quieren hablar y se sienten atrapados. Justo así, era como se sentía él.
Jordan fue juzgada y condenada a siete años de prisión por violencia doméstica.
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