Novatus y Onyango… Dos hombres de distintas nacionalidades, de distintos entornos sociales, de distintas características físicas. Dos hombres que tienen una historia trágica en común: fueron víctimas de violación por parte de otros hombres.
Ninguno de los dos se había animado a confesar lo que vivieron. El estigma bajo el que se catalogan las violaciones masculinas provocó que durante mucho tiempo estuvieran silenciados, sin embargo, gracias a las redes de apoyo, han podido salir adelante y contar su historia para evitar que más hombres sigan sin confesar los abusos a los que fueron -o son- sometidos sexualmente.
‘Ocurrió de una forma tan desgarradora…’
De acuerdo a un trabajo realizado por la BBC de Londres, las víctimas masculinas de violación, son generalmente reacias a contar sus historias a causa del estigma. Es complicado para ellos, desde el punto de vista psicológico según especialistas, revelar que fueron agredidos sexualmente por otro hombre.
“Duele de una forma que mucha gente no tiene siquiera palabras para expresarlo”, dice Onyango Otieno, superviviente de una violación en Kenia. Él fue violado cuando tenía 20 años. No había tenido previamente ninguna experiencia sexual, por lo que tardó en reconocer que había sido agredido sexualmente por otro hombre.
“No estaba enojado cuando pasó la violación, estaba confundido. Fue mi primera experiencia sexual y ocurrió de una forma tan desgarradora. Terminé contrayendo una infección de transmisión sexual. Me di cuenta 10 años después de mi terrible experiencia, que en realidad fui violado”, relata Onyango al medio londinense, quien lo descubrió al ir a terapia y descifrar aquello que lo tenía enojado, con furia, con impotencia.
‘A mí me violaron cuando era niño’
“No es fácil para los hombres abrirse y decir: ‘cuando tenía cierta edad, un hombre me engañó y me violó’. Incluso es difícil mirarte al espejo y decírtelo a ti mismo”, relata Novatus, quien fue violado por primera vez cuando tenía seis años. “No hablé de la violación cuando ocurrió la primera vez, ni la segunda, ni la tercera, ni tampoco la cuarta vez”, dijo.
Los estigmas, de acuerdo a la psicóloga Nthabiseng Ramothwala, y las tradiciones en África, en donde dice que los hombres africanos no pueden ser violados, provoca que pocos sean los que alcen la voz en contra de este delito. Ahora, estos dos hombres tanto Onyango, como Novatus, decidieron hacer públicas sus historias para motivar a otras víctimas a romper el silencio.
El caso de Novatus Marandu también sucedió en Kenia. A diferencia de la experiencia de Onyango, a él lo violaron cuando era niño, en reiteradas ocasiones. Aunque las cifras no se comparan cuando de violaciones a mujeres se trata, pues esta resulta totalmente abrumadora (En Europa, de acuerdo a El Español, 810 mujeres fueron violadas en 2014, por 78 víctimas del sexo masculino por el mismo delito), la agresión sexual contra los hombres existe, tal y como lo revelan estas historias.