“Iletrados”, dice un señor en referencia a los aficionados del futbol, ESPECÍFICAMENTE a los mexicanos. Su esposa le dice que no sea severo (en realidad fue algo más como: “no la chingues”), que porque no todos los aficionados son “así” y que incluso, algunos de los más grandes escritores e intelectuales escriben textos sobre el deporte con una pasión religiosa.
Y sí, la literatura es tan bondadosa que permite que la humanidad verse sobre cualquier cosa. No porque el futbol sea cualquier cosa. Porque el futbol, le guste a quien le guste y le pese a quien le pese, tiene un poder sobrehumano, casi místico: la capacidad de unir razas, orientaciones sexuales, creencias, religiones, orientaciones políticas y fetiches sexuales en un mismo recinto.
El fut puede sentar a un filósofo contemporáneo con un adolescente fanático de Messi sin más. Y por eso merece sonetos, canciones, artículos científicos y libros. Libros, libros futboleros en su estado más académico o anecdótico.
(Foto: DNA Info)
Sin más preámbulos, a continuación 3 libros pamboleros para que te acompañen durante la justa mundialista y, de ser posible, para ser consultados toda la vida… o hasta que tu/s equipo/s te vuelvan a romper el corazón y quieras sentir un poco de consuelo.
Breve historia del ya merito (Sexto Piso, 2018)
Un libro que, disculpen el atrevimiento, reúne a algunas de las plumas más grandes de la literatura contemporánea mexicana. Lee estos nombres y dime qué tanto se cimbra tu espíritu wannabe escritor tanchidocomoellos: Juan Villoro, Carlos Velásquez (please marry me), Guillermo Fadanelli, Juan Pablo Villalobos, Julián Herbert, Luigi Amara, entre otros.
La antología reúne relatos, testimonios y crónicas que tienen el objetivo de intentar explicar los porqués de los fracasos repetitivos (un poquito cínicos) de la Selección Mexicana de Fútbol. Y mucho ojo, el libro no es ninguna apología del fracaso, sino que más bien pretende elevar un canto a los cielos: “Por favor, yo necesito un gol”.
Esta Breve historia del ya merito no es una apología del perdedor ni una representación lógica de nuestras miserias. Tampoco un estudio de la proclividad nacional al fracaso. No somos analistas de daños. Este ya merito es una franja de resistencia ante la tecnología del razonamiento estadístico y económico del juego. La historia no la escriben los que ganan ni los que pierden. La reescriben los que renuncian al tiempo.
(Foto: Sexto Piso)
Dios es Redondo (Juan Villoro, Anagrama, 2006)
En el altar del futbol, este libro sería el cirio. “Me valía madres el futbol hasta que leí a Juan Villoro”, dije alguna vez. Pero más bien replanteo: nunca entendí de forma tan clara y contundente que el futbol, por sí solo, era una deidad hasta que leí las crónicas de Villoro. ¡Jesús! ¿Quieres calmarte un poco Juan? Tu precisión literaria me abruma (en el buen sentido, obvio).
Dios es Redondo confirma que el fut es religión y que la literatura es su hostia. De acuerdo con Anagrama, los textos ahí reunidos son una vibrante crónica de la religión laica que llena los estadios.
La divertida y a menudo épica aproximación de Villoro puede cautivar al forofo deseoso de compartir datos reveladores en una tertulia, pero también al curioso –y aun al enemigo del fútbol– interesado en conocer las causas que llevan a proferir alaridos en nombre de un equipo.
Cambio de Juego (Nicolás Vidal, Planeta, 2017)
Este libro tiene un sólo objetivo: desempolvar las historias desconocidas del futbol chileno e inmortalizarlas para su consulta en el ocio, en la adversidad, tras una goleada histórica o sencillamente para la emoción literaria. De acuerdo con el sitio Culto, “Nicolás Vidal hermana el futbol y la política a través de nueve crónicas muy potentes y de personajes, además, tremendamente trascendentes en la historia de nuestro país (Chile)”.
Y no sólo eso, de acuerdo con el autor: «el futbol es un fenómeno político muy complejo», así que como sucede con la política estricta, debe desmenuzarse y con él, al menos intentar hacer un poco de democracia.
Gracias fut, porque aunque no te ame ahora sé que tu técnica, tu historia, la biografía de tus jugadores más gloriosos, los juegos que se han sorteado en la clandestinidad, las crónicas de los encuentros más memorables o hasta los intentos de explicar la relación que tienen los “once de la tribu” (amén, Juan Villoro) con la cultura, la sociedad y hasta con las religiones más sacadas de la manga merecen libros.
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