¿Te imaginas ir a la cárcel por intentar salvar la vida de tu hijo enfermo? Muchas mamás responderían que hasta la vida darían, sin embargo, para cientos de madres en Argentina la prisión puede ser una de las consecuencias de su lucha para mejorar la salud de sus hijos.
Varias enfermedades son resistentes a los medicamentos convencionales, por ejemplo, el síndrome de Dravet, un tipo de epilepsia que obliga a cientos de pequeños a ingerir cocteles de drogas controladas y costosas. Los efectos secundarios son innumerables, desde mojar la cama hasta nunca volver a reír por lo “fuerte” del tratamiento.
Y sí hay una solución menos dañina: la medicina natural a base de aceites ricos en cannabidiol (CBD), el extracto de la marihuana que tiene propiedades curativas y no psicoactivas.
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Valeria Salech, madre de Emiliano, descubrió los efectos positivos que tenía ese tratamiento natural. Su pequeño con autismo solía tener hasta 200 convulsiones al día hasta que empezó a tomar dosis de aceites de cannabis. Después de iniciar el tratamiento, su hijo dejó de tomar un coctel de más de 30 pastillas diarias que lo habían vuelto antisocial.
Después de descubrir el poder alternativo de los productos con extracto de cannabidiol, su familia en Buenos Aires volvió a escuchar la risa de su hijo, sus alegres pasos y juegos por toda la casa. Sin embargo, las leyes mantienen una ambigua legislación sobre la posesión de la marihuana y podría implicar un castigo de hasta 15 años de prisión para una madre que sólo quiere ver a su hijo sonreír de nuevo.
¿Debía Valeria entregar su única oportunidad de ofrecer una mejor salud a su hijo? La respuesta fue “no”, al contrario, se reunió con otras mamás para salir a las calles y exigir al gobierno la legalización del uso terapéutico de la marihuana.
Valeria es la presidenta de Mamá Cultiva Argentina, una organización liderada por mujeres en la búsqueda de su derecho al acceso del cannabis en la salud. (Foto: Cortesía / Mamá Cultiva Argentina)
En entrevista para CC News, Valeria Salech recordó cómo esas pequeñas reuniones provocaron la creación de la organización de nombre «Mamá Cultiva Argentina», la cual impulsa el cultivo de cannabis para uso terapéutico y medicinal, donde Salech es presidente y activista.
Mamá Cultiva Argentina nace de la desesperación de no tener respuestas de la medicina tradicional, y la necesidad de organizarnos como colectivo de lucha por la legalización de nuestra actividad.
En 2017, la llamada Ley de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados, o también reforma 27.350, presentó por primera vez un avance para regular el uso terapéutico de la planta, pero dicha legislación está repleta de contradicción.
Por un lado, su falta de discusión dejó un hueco para las personas que necesitan un tratamiento distinto a los convencionales, y por otro lado supone una ecuación donde el Estado debe permitir el acceso seguro al cannabis, pero sólo para aquellos que estén sufriendo, cuando la compasión y la burocracia es un método perverso para dar acceso a la salud.
En dos años, Mamá Cultiva Argentina ha participado en distintas manifestaciones pacíficas para presionar a las autoridades. (Foto: Cortesía / Mamá Cultiva Argentina)
En este sentido, Mamá Cultiva invita al autocultivo, ante los caros y excesivos precios de la industria farmacéutica. Es así como nació una organización de madres con ganas de ver a sus pequeños obtener un tratamiento más eficaz y con los beneficios por demás estudiados en universidades de renombre en el primer mundo.
Somos una organización liderada por mujeres madres que no encontrábamos en la medicina tradicional y hegemónica la puerta a la calidad de vida que nuestros hijos se merecen y conformada por cultivadores, profesionales, y voluntarios que luchamos día a día por el reconocimiento a la planta que nos devolvió las sonrisas, las horas de sueño, el juego, la dignidad y por dejar de ser, ante la ley, delincuentes por cultivar la medicina de nuestros hijos.
Actualmente, cada mes ofrecen talleres a los que asisten hasta 400 personas para aprender el uso terapéutico del cannabis. (Foto: Cortesía / Mamá Cultiva Argentina)
En dicho colectivo, las mamás ofrecen talleres, charlas, conocimiento y acompañamiento para empoderarse entre mujeres.
Las mujeres fuimos puestas socialmente en el rol de cuidadoras, esto no quiere decir que las que lo somos tengamos que aceptar todo lo que se nos impone, como el tratamiento que tienen que hacer nuestros hijos y cómo proveerlo. Sí, somos cuidadoras pero salimos a la calle y exigimos que lo que pasa en nuestras casas esté en el marco de leyes que nos faciliten el acceso a la salud.
En cada conferencia, los interesando aprenden sobre el cultivo, extracción de aceites y producción de la planta para uso médico. (Foto: Mamá Cultiva Argentina)
En Mamá Cultiva, todos los meses ofrecen talleres informativos donde hablan sobre las propiedades de la planta, cómo se cultiva y cómo se extrae la resina para hacer aceite. Estos encuentros son multitudinarios, además de ofrecer al menos 2 por mes.
A los talleres asisten entre 150 y 400 personas, como fue el evento en el Teatro La Comedia. A eso hay que sumarle cientos de personas que se comunican con nosotras a diario a través de las redes sociales. Es un trabajo arduo pero estamos comprometidas a transmitir lo que sabemos.
En Mamá Cultiva existen distintas historias de éxito sobre madres que aprenden sobre autocultivo, sin las repercusiones de la persecución del Estado por tener plantas consideradas ilegales en Argentina. (Foto: Mamá Cultiva Argentina)
El autocultivo tiene varios beneficios, pero la burocracia muy pocos, comenta Salech.
Nos gustaría empezar por los aspectos positivos del autocultivo. Nos permite cortar con la dependencia burocrática ya que nos garantizamos tener siempre la materia prima de la que luego se extrae el aceite, sabemos que es lo que estamos produciendo y cómo, además de ser a bajo costo. Entendemos que la situación económica de cada familia no puede ser un impedimento para mejorar la salud de nuestrxs seres queridxs. El autocultivo es ante todo solidaridad, si yo tengo una planta que no se ajusta a mis necesidades puedo hacerla circular porque tal vez a otros les funcione.
Aunque existe un corto avance legislativo, en Argentina tienen un largo camino para ofrecer a los pacientes las alternativas que exigen para mejorar su calidad de vida. (Foto: Mamá Cultiva Argentina)
Sin embargo, queda más que claro que no venden semillas, ni distribuyen cannabis, por la delgada línea legal entre el camino medicinal y la criminalidad.
Las dificultades son de carácter legal, ya que el Gobierno criminaliza esta actividad.
A dos años de la formación de la ONG, las integrantes de Mamá Cultiva Argentina conocieron una infinidad de historias, en las cuales pudieron palpar el dolor de otros padres y madres en primera persona, pero en cada charla transmiten esperanza.
Pudimos pelear y participar en el proceso de discusión y sanción de la ley 27.350, que aún con sus demoras y sus fallas, es un logro de la sociedad civil que transitó con nosotros ese difícil camino de cambiar los prejuicios por apoyo.
Como dato, en Mamá Cultiva sólo ofrecen conocimiento, no venden semillas ni flores que puedan comprometer a sus integrantes. (Foto: Mamá Cultiva Argentina)
Hoy, ellas están muy plantadas y con las raíces bien extendidas para difundir la misión de transformar un compromiso social.
Porque sabemos lo que significa ser perseguidos, oprimidos, invisibilizados, excluidos, estamos ahí para acompañar, para orientar, para transmitir y para crecer con quienes caminan a nuestro lado.
Finalmente, Salech asevera que seguirán su lucha por un mejor derecho a la salud.
La salud es integral, nuestro derecho a ella, inalienable.
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