Este miércoles, la investigadora de la Universidad de Montana, Lilian Calderón-Garcidueñas publicó un estudio en la revista Enviromental Research donde afirma que encontró un patrón de síntomas tempranos de Alzheimer en bebés menores de un año en la Ciudad de México, CDMX.
La profesora universitaria, junto con un equipo de trabajo realizó autopsias a 203 residentes de la CDMX de entre los 11 meses y los 40 años, a través de las cuales estudió es específico los niveles de proteínas conectadas al Alzheimer como la tau hiperfosforilada y beta amiloide. El hallazgo fue sorprendente al encontrar que la acumulación de beta amiloide en el cerebro de pacientes mayores a 65 años, estaban siendo una constante en bebés.
Se compararon personas sanas de distintos niveles socioeconómicos, coeficiente intelectual, nutrición y educación para obtener un rango amplio de factores de riesgo. Las conclusiones, casi en su totalidad, fueron las mismas: los niveles de tau y beta amiloide se relacionan directamente a la exposición de contaminación por partículas finas, o sea la exposición prolongada al smog brumoso o denso de áreas urbanas.
A principios de este año, el director ejecutivo de la Comisión Ambiental dijo que respirar el aire contaminado de la CDMX equivalía a fumar 40 cigarros al día. (Foto: Astrolabio.com)
Cabe destacar que estas pruebas forman parte de un estudio más amplio que ha realizado Calderón-Garcidueñas a través de los años, pero que las conclusiones ayudan mucho a entender problemas de salud pública ligados a la contaminación. Uno de los ejemplos más claros es que los niños expuestos a un aire más limpio obtuvieron mejores resultados en rendimiento físico y cognitivo.
Si bien esta investigación no es contundente en la relación directa Alzheimer-contaminación, sí es concluyente de la relación salud cerebral y mala calidad del aire.
Existe un mapa virtual que se actualiza en tiempo real con las mediciones de contaminación del aire en todo el mundo. (Foto: financnytrh)
Para terminar, Calderón le dijo a la revista Newsweek que hay una sorpresa por el efecto del alelo APOE4, un gen involucrado con el 65% de los casos de Alzheimer, y que los cuerpos que examinó portaban este gen, que mostró una progresión acelerada de la enfermedad, además de una inclinación suicida.
Su investigación da una luz importante a la claridad sobre la contaminación del aire y las enfermedades: «hasta hoy se sabe que el Alzheimer no es algo que pueda evitarse, pero la contaminación del aire sí, deberíamos atenderlo ya», dijo al Daily Beast.
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