El 8 de noviembre, el mexicano Rubén Ramírez Cárdenas fue ejecutado en la Unidad Carcelaria Walls, Huntsville, Texas. Fue condenado a la pena capital por la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos y por el gobernador texano Gregg Abbott por el homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna, a quien asesinó el 22 de febrero de 1997.
Ramírez Cárdenas recibió la inyección letal a las 18:00 en una de las penitenciarias más antiguas no sólo de Texas, sino de toda la Unión Americana. Dicha forma de ejecución ha sido debatida en los últimos periodos presidenciales pero desde hace más de 100 años, se aplica a crímenes considerados por la ley estatal como “imperdonables”.
Ramírez Cárdenas, el último mexicano ejecutado por pena capital en EUA. (Foto: Proceso)
Únicamente dos mexicanos lograron eliminar sus respectivas condenas: Ricardo Aldape Guerra, quien en 1997 se encontraba preso en Texas y Mario Flores, quien en 2003 estaba recluso en Illinois.
Con el reo de 47 años originario de Irapuato, Guanajuato, suman 11 los mexicanos que reciben la pena capital en territorio estadounidense desde 1926.
Agapito Rueda (1926)
El primer reo mexicano en ser condenando a la pena de muerte en el extranjero en noviembre de 1925 y el 9 de enero de 1926 murió en la silla eléctrica en una penitenciaria de El Paso, Texas. No hay registros de sus crímenes ni el motivo de su condena debido a la antigüedad del suceso.
Ser ejecutado en la silla eléctrica era la peor condena en aquella época. (Foto: Radio Nicaragua)
Emiliano Benavides (1942)
Según las crónicas del libro Mexicanos al grito de muerte, Benavides fue un inmigrante mexicano que al no tener protección jurídica en territorio estadounidense fue injustamente condenado por su calidad de indocumentado y por presuntamente ser acusado por robo a mano armada, crimen que nunca fue comprobado. Fue ejecutado de igual manera en El Paso, Texas el 8 de agosto.
La calidad de inmigrante de Benavides le causó la muerte en silla eléctrica. (Foto: Commons)
Ramón Montoya Facundo (1993)
Pasaron 51 años desde la última condena de pena capital que recibía un mexicano en EUA. En este caso se retomó la ley de inyección letal, después de que la Corte de Dallas condenara a Montoya por el homicidio de un policía. El originario de Reynosa, Tamaulipas murió en la penitenciaria de The Walls el 25 de marzo.
Varios años después, Montoya reinició la lista de mexicanos ejecutados. (Foto: Posta)
Irineo Tristán Montoya (1996)
Fue acusado y condenado por ejecutar a un estadounidense blanco llamado John Kilheffer, quien de acuerdo a la justicia local recibió 22 puñaladas en todo su cuerpo. Murió por inyección letal el 18 de junio.
Acusado de homicidio, Montoya antes de su ejecución. (Foto: Fuerza Nacionalista Azteca)
Benjamín Mario Murphy (1997)
Se trata del único mexicano ejecutado fuera del estado de Texas. Su crimen, asesinar a una mujer perteneciente a la marina estadounidense por lo que recibió la inyección letal en el estado de Virginia el 17 de septiembre.
Miguel Ángel Flores (2000)
El originario de Ciudad Juárez, Chihuahua fue el primer ejecutado por inyección letal del presente siglo. Su caso causó mucho revuelo en la opinión pública mexicana. La Corte Suprema estatal de Texas le otorgó la pena capital en 1989 por los delitos de secuestro, violación y homicidio de Angela Tyson, una estudiante universitaria de 20 años.
La ejecución de Flores fue polémica. (Foto: La Jornada)
Javier Suárez Medina (2002)
Su condena causó incluso la visita del entonces presidente de México, Vicente Fox, para protestar por lo que las autoridades mexicanas consideraban un juicio “sin pruebas e irregularidades”. Su brillante equipo de abogados logró evadir la pena capital en 14 ocasiones después de que se le acusara de asesinar a tiros a un policía estadounidense durante una redada antidrogas en Dallas en 1989. No fue hasta que el 14 de agosto que llegó su ejecución por inyección letal en la prisión texana de Huntsville.
Ángel Maturino Resendiz (2006)
Considerado uno de los convictos mexicanos más peligrosos y despiadados por la autoridad estadounidense, que incluso le calificó de ¡asesino serial’. Resendiz fue acusado de múltiples homicidios con violencia y agresión sexual de 1997 a 1999 en las vías ferroviarias del estado de Texas. El “Asesino de las vías”, como le apodaron, recibió la máxima condena por inyección letal el 27 de junio. También era buscado por las autoridades mexicanas.
Maturino fue considerado un asesino en serie por la policía estadounidense. (Foto: escalofrío.com)
José Ernesto Medellín (2008)
Las autoridades texanas le acusaron de violar y asesinar a una pareja de adolescentes durante un supuesto rito de iniciación en una pandilla criminal. Fue ejecutado por inyección letal el 5 de agosto.
Humberto Leal García (2011)
Por muchas irregularidades en su juicio y en las pruebas presentadas, Leal García fue acusado supuestamente por asesinar y violar a una menor de edad en 1994. La intervención del entonces presidente Barack Obama no fue suficiente para que la ley texana le perdonara la vida. Nunca se comprobó en realidad que él fuera autor del crimen pero aún así murió el 7 de julio por inyección letal.
Leal García al momento de su detención en 1994. (Foto: Daily News)
Edgar Tamayo (2014)
Ejecutado en enero, su muerte causó indignación en organizaciones civiles, de derechos humanos, la de sus familiares y de políticos en México. El originario de Miacatlán, Morelos, fue un indocumentado mexicano acusado de presuntamente matar a tiros a un policía estadounidense en Texas después de un robo, aunque nunca se comprobó en realidad su culpabilidad, además de que su proceso judicial fue irregular y sin apoyo jurídico para su defensa.
La de Tamayo fue la ejecución más polémica contra un mexicano. (Foto: El Comercio)
Rubén Ramírez Cárdenas (2017)
Fue ejecutado ayer por el asesinato de una familiar suya en 1997, por esto estuvo preso durante 20 años hasta la aplicación de la inyección letal.
Mexicanos en espera de la pena capital
Después de la ejecución de Ramírez Cárdenas, aún quedan 538 reos de origen mexicano que esperan dicha sentencia, pero que en algunos casos pueden imputar o que su proceso presenta aún muchas irregularidades que podrían evitar la máxima condena del sistema penitenciario estadounidense.
En toda la Unión Americana hay 31 estados en donde la pena de muerte es aplicable, mientras que en otros 19 fue abolida. Al día de hoy, 40 mexicanos en California, dos en Arizona, dos en Oregón, uno en Georgia y uno en Florida luchan en los juzgados por esquivar la pena capital. Mientras que otros nueve en Texas, y uno en los estados de Nevada, Nebraska, Ohio y Pensilvania; fueron condenados sin derecho a apelar.
¿Cómo funciona la inyección letal?
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