Por: Oscar Uriel (@oscaruriel)
Inclusión. Esa fue la palabra predominante anoche durante la celebración de la entrega de los premios que otorgó la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas a lo mejor del cine.
Se trataba también de una gala atípica. Por un lado habría que enmendar la serie de atropellos cometidos el año pasado durante la ceremonia (el infame nombramiento de La La Land como cinta del año cuando era para Moonlight) y por otro, habría que abordar los polémicos asuntos que actualmente incumben a Hollywood como son la equidad de pago sin importar género, el acoso y la inclusión dentro de los repartos y equipos de producción y técnicos.
Esto sin que la transmisión resultara soporífera y extensa. ¿El veredicto? La entrega de ayer sí derivó en una larga ceremonia en donde el anfitrión Jimmy Kimmel hizo hasta lo imposible por mantener la objetividad, pero la cual finalmente redituó en varias sorpresas.
(Ilustración: Cultura Colectiva)
Aunque las apuestas favorecían a Guillermo Del Toro en el renglón de la mejor dirección por La Forma Del Agua, pocos imaginamos que el título también sería acreedor como la película del año.
En lo personal mi elección era 3 Anuncios Por Un Crimen de Martin McDonagh. La fábula fantástica de la empleada de limpieza que se enamora de una extraña criatura durante la Guerra Fría me pareció una emotiva cinta que resumía perfectamente las obsesiones del tapatío vistas a lo largo de su filmografía, sin embargo, sigue siendo El Laberinto del Fauno mi título favorito de Del Toro.
Hay quienes señalan que la misma politización de la ceremonia pudo haber influido en que la elección favoreciera al director, otros apuntan que la misma personalidad afable de Guillermo haya influenciado a los votantes. Del Toro se tomó el tiempo necesario para estar presente en la campaña pre Oscar al asistir a decenas de funciones especiales y participar en sesiones de preguntas y respuestas con los asistentes.
(Foto: AP)
El carisma del director es tal que sin duda alguna es una de las personalidades consentidas de la industria en este momento. Todo artista en Hollywood quiere estar relacionado con Del Toro. Desde Greta Gerwig hasta Barbra Streisand han manifestado su fascinación por el realizador en distintos momentos. Lo que haya sido, la noche de ayer perteneció a Guillermo Del Toro.
Apenas en octubre del año pasado tuve la oportunidad de platicar con el tapatío dentro del marco del Festival Internacional de Cine de Morelia a donde acudió para estrenar en México La Forma Del Agua.
«La emoción es como el erotismo y el humor. Lo que para alguien es cursi, para otra persona es simplemente sentimental. Para lo que alguien es erótico, para el otro es pornográfico. Creo que nuestro umbral para la emoción está tan bajo que cualquier cosa nos parece cursi. No sólo en la ficción sino en la vida real. El cinismo inmediatamente suena a inteligencia. Esto lo hablo mucho con Alfonso (Cuarón) y con Alejandro (González Iñárritu) y lo tres estamos de acuerdo que la emoción es el nuevo punk. Lo más atrevido que puede hacer alguien es provocarse y provocar la emoción» me decía Guillermo ante el cuestionamiento sobre las nuevas tendencias dentro de la creación de ficción cinematográfica.
(Foto: Getty Images)
El reconocimiento de anoche para Guillermo es la verificación de una filmografía honesta, sin condescendencias. Un Oscar para una película de género (algo extrañísimo en la historia del galardón) que inspira a los imberbes realizadores quienes sueñan con monstruos y prodigios.
«A nivel anecdótico te cuento que cuando estábamos nominados los tres nos decíamos: “¿A ver quién se trae qué?”. Te lo digo en serio, había un sentido de acontecimiento histórico. A los dos años cuando lo gana Alfonso, te juro que los tres exhalamos. “¡Ya estuvo!” dijimos».
«Y luego viene Alejandro con dos consecutivos. Estoy consciente de que laboro en un género que a veces es bien visto y en otras no tanto. No puedo darme el lujo de pararme a pensar en el asunto. Vivir así es terrible» me comentaba Del Toro cuando hablamos de la posibilidad de que La Forma Del Agua fuera una sólida contendiente en la carrera del Oscar sin saber que cinco meses después sería la gran triunfadora de la ceremonia.
Ayer el género fue bien visto. Ayer, definitivamente, fue la noche de Guillermo.
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