Hay que ver nada más el cuerpo de Hope para darnos cuenta, tan sólo un poco, del sufrimiento que ha vivido durante años. Al menos, en los estudios de rayos equis mostrados por The New York Times, esta orangutana de Sumatra, tiene 74 perdigones alojados en su cuerpo. Con lanzas y armas de fuego, lograron quitarle la vista a Hope, aunque no sólo eso, pues también le arrebataron a su bebé de apenas unos cuantos meses de nacida.
¿El objetivo? Eliminar hectáreas de selva en Indonesia para ubicar plantaciones de aceite de palma, sustancia utilizada para cocinar y también para la fabricación de cosméticos, chocolate y biocombustible. Mientras las lanzas siguen llegando, Hope continúa preguntándose qué es lo que le han hecho a su hábitat.
Estos son los perdigones que aún se encuentran en el cuerpo de Hope. (Foto: El País)
Aceite de palma, la razón de la deforestación
Hasta el momento, la producción del aceite de palma tanto en Indonesia, como en Malasia, han provocado la deforestación de más de 20 mil hectáreas de las que sólo quedan algunos árboles a donde orangutanes como Hope, trepan para encontrar un poco de comida.
Es tanta la demanda de aceite de palma, que pese a las prohibiciones establecidas por oficinas gubernamentales de ambos países, en las comunidades pobres se continúa con la producción del aceite aunque se hayan dejado de otorgar nuevas licencias para las plantaciones de aceite de palma. Lo que quieren los habitantes es sobrevivir y lo hacen a través de la venta de productos hechos con este aceite.
“Dicen que hay una suspensión, pero todos los días puedo ver con mis propios ojos que se pierde tierra”, indicó al New York Times uno de los coordinadores de la Unidad de Reacción al Conflicto entre el Hombre y los Orangutanes, el cual ha rescatado a más de 170 especies heridas desde el 2012.
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Los pobladores más pobres ven en la producción de aceite la única manera de sobrevivir. (Foto: El Confidencial)
Orangutanes sin hogar
Cuando no es el cambio climático (provocado en gran parte por los seres humanos), somos nosotros mismos los que afectamos a la fauna universal con nuestras acciones y aún estando conscientes de ellas, las seguimos realizando. Desde 1999 y hasta el año 2015, la población de orangutanes en la isla de Borneo, en Indonesia, se redujo ¡en más de 100 mil ejemplares!
El problema está en que las madres orangutanas dejan pasar un periodo de entre 8 y 10 años para tener crías, por lo que los científicos están preocupados porque la especie se extinga en un lapso corto. Además, tras las plantaciones de aceite de palma y la deforestación que esto implica, el hábitat de estas especies se ve alterado y huyen a lugares en donde no sobreviven por no existir las condiciones favorables para su supervivencia.
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Algunos orangutanes son rescatados, pero los encierran en jaulas muy pequeñas. (Foto: El Confidencial)
Y sí, comercializan orangutanes bebés
Cuando son arrancados de los brazos de sus madres, los orangutanes bebés son comercializados en el mercado negro, pese a que es ilegal vender especies en peligro de extinción. El precio que llegan a alcanzar son los 70 dólares por simio. Cuando son rescatados, no se les lleva a un hogar porque no hay selvas para ellos, por lo que son encerrados en jaulas pequeñas en donde se les atrofian las extremidades y mueren de hambre.
Actualmente, se continúan realizando leyes más severas que castiguen y prohiban la comercialización de estos animales en peligro de extinción, pero sobre todo, en castigos más duros para aquellos que quebranten la ley al continuar con las plantaciones del aceite de palma.
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Foto de portada: Washington Post.
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