Se escucha a lo lejos el sonar de un motor y con él, una pequeña bocina que anuncia la llegada de la hora de la lectura para los niños de una comunidad rural en Yakarta, la capital de Indonesia y además, la más poblada del país. Los pequeños corren porque saben que Sutino llegó y con él, muchos libros para descubrir cosas nuevas.
Sutino es un hombre que convirtió su bemo, como se le conoce al transporte público en Yakarta, en una librería móvil, a través de la cual no sólo enseña a leer a los niños de las comunidades más pobres, sino también les comparte conocimientos a través de los libros que trae consigo, algo que no está siendo del todo bien recibido en Indonesia.
Debido a los contaminantes emitidos por este tipo de transporte, están a punto de prohibir el tránsito de los bemos por las calles de Yakarta, aunque los habitantes, entre ellos Sutino, aseguran que realmente lo hacen para evitar que los niños se superen y no aprendan.
Uno de los motivos por los que Sutino decidió crear esta librería móvil era para que los niños tuvieran acceso al conocimiento, sobre todo aquellos que por la lejanía, no pueden ir a las librerías y mucho menos a las escuelas a aprender a leer. El cuidado del ambiente es el argumento del gobierno indonesio para eliminar a los bemos, aunque Satino no lo ve de esta manera.
«No es realmente difícil de deducirlo», indicó Satino en una entrevista a medios locales. «Los niños vienen aquí a leer, a informarse, ni siquiera son forzados a hacerlo. Eso no les gusta (a los gobernantes)», aseveró el chofer del bemo.
Sutino quiere que a los niños no se les prohíba la lectura con el pretexto del transporte. (Foto: Malay Mail)
Los bemos serán prohibidos a la brevedad pues según las autoridades ambientales de Indonesia, la cantidad de contaminantes que emiten afectan demasiado la salud de los habitantes, sobre todo los de las comunidades más pobres. Este tipo de transporte fue importado a Indonesia desde Japón en 1960 y fue clave en el desarrollo del transporte público local.
El problema, consideran, son sus contaminantes y la falta de mantenimiento a las unidades. Los niños quieren que la librería de Sutino siga vigente, sin embargo, depende de las autoridades no prohibir la lectura de los niños a partir de la eliminación de los bemos en Indonesia.
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