Sin duda, este fue el partido con más contactos físicos y faltas fuertes en lo que va del Mundial. En total se mostraron ocho tarjetas amarillas (tres para Bélgica y cinco para Panamá), hecho que tuvo que ver con el parado táctico de ambas selecciones.
Una alternativa panameña
La escuadra “canalera” no tuvo el mejor debut en su primer Mundial disputado. El parado de Hernán “Bolillo” Gómez, fue de 4-1-4-1, lo que denota una postura defensiva y cautelosa. Si hubiera salido con una línea de tres centrales y dos carrileros, el equipo centroamericano pudo haber detenido de mejor manera los regates y disparos de Hazard, Mertens, y el goleador Lukaku.
Hasta el momento Panamá es el equipo más sucio del Mundial. (Foto: Cultura Colectiva News)
Dos volantes para mantener la posesión del balón, un diez y dos puntas en la delantera le habría dado mayor estabilidad en la columna vertebral del equipo centroamericano, sin dejar de ofender con dos delanteros, y no uno como lo planteó El Bolillo Gómez; esto se reflejó en la poca eficacia del solitario delantero panameño, Blas Pérez quien no pudo definir frente a Courtois.
Contundencia muy belga
Pocas cosas se pueden cambiar del planteamiento de los diablos rojos, la eficacia del parado con el que salió Roberto Martínez Montoliú, se reflejó en el marcador final de 3-0 sobre los centroamericanos, así que no le hacemos ningún cambio a la alineación de Bélgica, la cual se perfila como favorita para ganar su grupo, disputado también por Inglaterra y Túnez.
Romelu Lukaku fue la figura de los diablos rojos. (Foto: Cultura Colectiva News)
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