Son varios los misterios y especulaciones detrás de la historia de Jesucristo, desde su supuesta muerte en Japón, hasta un presunta hija que engendró junto a Maria Magdalena meses antes de morir, conocida como Sara de Marsella.
¿Sara de Marsella era hija de Jesucristo?
Se dice que mientras María Magdalena se encontraba en el tercer mes de embarazo de Sara, se dio la crucifixión de Jesús, quien era el presunto padre de la pequeña que nacería seis meses después. Fuentes aseguran que la huida a Francia se tuvo que hacer para proteger a la descendiente del profeta ejecutado por sedición y por ese motivo Sara habría nacido en Marsella.
Según escritos de la popular escritora Margaret Starbird, muestran varios estudios realizados por arqueólogos y lingüistas sobre topónimos y algunas leyendas de diferentes partes del sur de Francia.
La leyenda cuenta que Sara llegó a la costa de Francia proveniente de Egipto, en una barca sin remos en la que se encontraba María Magdalena. La leyenda original la considera una sirvienta de las santas, aunque en ensayos pseudohistoria como ‘El enigma sagrado’ y algunas otras novelas se le considera, como la presunta hija de María Magdalena y Jesús de Nazaret.
Quizá el descubrimiento que más llamó la atención de la gente fue la fiesta que se realiza cada año entre el 23 y el 25 de mayo en la pequeña ciudad de Saintes Maries de la Mer, ahí se venera en una de las capillas de la iglesia la imagen de Santa Sara de Marsella, denominada también Sara Kali ‘la reina negra’, color que viene de la policromía de la figura.
Durante años de forma clandestina, los creyentes le rindieron culto a Santa Sara, se le atribuye ser no una esclava, sino la hija ilegítima de Jesucristo con María Magdalena. Su veneración se dio a conocer al mundo hasta el siglo XIX, rumor que rápidamente escandalizó a los altos poderes de la Iglesia, quienes lo desmintieron a través de la Biblia.
La presión social ejercida por sus fieles seguidores, para averiguar la verdad acerca de Sara, llevó al cristianismo a tolerar su culto en pueblos de Francia, aunque no es reconocido de forma oficial por la Iglesia Católica. (no es una santa oficial)
Tiempo después, esta leyenda se convirtió en la inspiración de Dan Brown para su saga ‘El Código Da Vinci.