Momentos antes de recibir el 2019, una tormenta de arena sorprendió a los habitantes de Nuevo Gales, en Australia.
La nube densa de tonalidad rojiza generó la cancelación de los fuegos artificiales para recibir el Año Nuevo, obligando a las autoridades a emitir una alerta de salud pública por la mala calidad del aire en la zona australiana de Dubbo.
Oficina de Meteorología de Australia, ese día las ráfagas de viento alcanzaron los 8 kilómetros por hora. (Foto: SBS News)
Con el paso de la tormenta de arena, el cielo quedó teñido de color naranja y varios vuelos debieron ser cancelados debidos a la poca visibilidad en el cielo neogalés.
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Desde meses pasados, la sequía aumentó en la zona, lo que provocó la magnitud de la tormenta, incrementando la cantidad de arena y polvo en el área.
Varios videos que muestran el momento de la tormenta circularon en la red desde ese momento.
Video: The Guardian vía YouTube
“Durante los períodos secos prolongados, las tormentas de arena son frecuentes, mientras que en las épocas más húmedas las tormentas de arena son muy poco comunes debido al aumento de la vegetación y la humedad del suelo que atan las partículas de polvo (arena, arcilla o cenizas) a la superficie”, explica la meteoróloga Kim Westcott.
De acuerdo a la especialista en el clima, se sabe que las tormentas de arena propagan partículas a hasta 4.5 kilómetros de altura en la atmósfera, con una altura promedio de una tormenta de arena de 1 o 2 kilómetros.
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