Es común que las personas piensen que la cultura japonesa está absolutamente alejada de la nuestra. De hecho, el concepto que muchas personas tienen es un poco irónico, pues se tiene la idea de que en Japón los habitantes tienen una educación muy superior a la nuestra, pero también se cree que todo lo que sale de allá es extremadamente raro. Esta percepción viene de los curiosos comerciales
o las películas de violencia extrema e incluso de las temáticas bizarras que llegan a tocar los animes que salen de ese país.
Las personas suelen olvidar que también de Japón han salido algunas de las más grandes películas de culto dirigidas por maestros como Akira Kurosawa, o también que durante los 60 las canciones del país nipón llegaban a las listas de popularidad de Estados Unidos. Lo cierto es que durante los 70 y hasta inicios de siglo hubo un fuerte cambio que derivó en la limitación de acceso de los productos nipones y por esa razón existió un distanciamiento que, con la llegada de Internet, ha disminuido.
Actualmente existe un resurgimiento global de la cultura japonesa y no se enfoca sólo en el anime y manga, aunque gran parte de esa nueva conexión es gracias a esas dos áreas. Decenas de poetas y escritores japoneses son reconocidos, y artistas de hip-hop logran saltar a una escena que, aunque sea muy underground, les genera atención en distintos rincones del planeta.
El rock no se queda aparte. Estamos acostumbrados a escuchar música del Reino Unido, Australia, e incluso durante los últimos años, Ucrania y Rusia han dado grandes aportaciones, pero por alguna razón Japón se queda fuera. Existen distintas bandas que han alcanzado un estatus de culto debido a su base fiel de seguidores que aportan a su éxito leve alrededor del mundo.
Shinki Chen
Cuando lanzó su primer y único disco como solista a fines de los sesenta fue considerado por muchos el equivalente japonés del legendario Jimi Hendrix. Con un estilo de rock pesado mezclado con psicodelia, Chen se convirtió en una figura importante del rock alternativo durante los 70. Bajo su propio nombre sólo existe su trabajo pero colaboró después con otra banda que también (y gracias a Chen) logró un estatus de culto.
Boris
Este trio femenino de metal avant-garde mezcla elementos de noise rock y experimental para lograr un sonido que no precisamente suena a metal, sino a un garage apropiadamente sucio. Han estado activas desde 1992 y han lanzado la cantidad impresionante de 23 discos haciendo explotar los oídos de los nipones por ya casi 25 años. Toman fuerte influencia de las bandas de garage norteamericanas pero aún sostienen un sonido muy particular.
Flower Travellin’ Band
Activos por un corto periodo de tiempo a fines de los 60 e inicios de los 70, este colectivo tomó prestados elementos de Pink Floyd, Hendrix y demás bandas de rock psicodélico para crear su propio sonido mezclándolo con rock progresivo y heavy metal. Durante su corta vida llegaron a tener un éxito impresionante en Japón, pero se separaron en 1973 para seguir carreras como solistas. Sólo dejaron dos álbumes para sus seguidores, pero varias compilaciones de rarezas han surgido desde entonces.
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Acid Mothers Temple
Otra “joven” banda. Activos desde 1995, también son un pilar de la música psicodélica, experimental y progresiva, además de que integran elementos de drone y noise rock. Parecen una versión más rara de The Mars Volta y no están muy alejados de su sonido. A pesar de que hacen sus lanzamientos a través de distintas disqueras internacionales, tienen un sello propio en el que documentan las actividades de todos los miembros y sus proyectos aparte. Sus lanzamientos son demasiados para listarlos, pero si juntamos todos los números, superamos las 100 publicaciones.
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Speed Glue & Shinki
Shinki Chen, después de encontrar éxito como solista creó esta psicodélica banda con Ikuzo Orita y el bajista de otra banda representativa llamada Golden Cups y tuvieron una corta carrera de dos años en los que sólo produjeron un álbum. Se separaron por las bajas ventas (ya que comenzaba la separación de culturas) además de problemas personales. Chen decidió no volver a grabar en estudio y convertirse en músico exclusivo de presentaciones en vivo, pero la banda dejó una marca que sigue escuchándose hasta nuestros días.
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No existe una gran diferencia entre la música que conocemos y la que viene desde Japón. Todos nos desarrollamos más o menos bajo el mismo contexto social y aunque es sabido que bandas psicodélicas existieron en los 60 en Japón, aún no estamos acostumbrados a recibirlas. Pero actualmente experimentos como BabyMetal abren el panorama para quien se interese en este tipo de arte nipón, y posiblemente llegue una nueva ola de artistas que nos permitirán expandir nuestros horizontes.