En el afán de imitar o irse por el camino “seguro”, muchas bandas replican el estilo de sus ídolos creyendo que alcanzarán su éxito. Esta decisión los condena a estancarse de manera creativa y estar fuera del gusto del público contemporáneo porque, si bien Nirvana (por poner un ejemplo) se volvió en un éxito fue porque en los 90 el público necesitaba esos sonidos crudos y agresivos como catarsis, pero en pleno 2017, aquellos alicientes de rebeldía son encontrados en todo menos en una guitarra distorsionada.
Lo mejor es aceptar el presente y mirar hacia adelante con una gran voluntad y decisión. Hacer lo que a uno le gusta sin importar que suene mal o esté lejos de lo convencional. Aunque la gente común diga “no va a funcionar”, en un golpe de azar aquel ritmo se puede volver en una necesidad para el público. ¿Qué pasó con Joy Division tras la muerte de Ian? El grupo aceptó el deceso, realizó una reunión de emergencia y se preguntaron entre sí: ¿Debemos seguir haciendo lo mismo o debemos cambiar totalmente nuestro estilo? La respuesta fue destruir todo lo que ya habían construido y empezar desde cero con un nuevo objetivo: hacer música bailable. Ellos en algún punto pensaron que fracasarían sin su vocalista, pero se armaron de valor y continuaron. Hoy son una de las bandas más importantes en la música popular.
Los siguientes artistas también tuvieron que pasar por una transformación para salvarse del fracaso. Algunos lo hicieron después de varios discos que pasaron desapercibidos y otros sólo superaron una fuerte experiencia que cambió el sentido de su trabajo.
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Red Hot Chili Peppers
Los Red Hot Chili Peppers que amamos y reconocemos hoy son muy diferentes a los RHCP de 1984. Si bien en ese entonces su música tenía un algo que llamaba la atención, para su contexto histórico parecía una banda fuera de lugar. Las líneas de bajo de Flea eran de un funk setentero que en lugar de ponerte a bailar te motivaba a poner algún álbum de Funkadelic para escuchar slaps de verdad. ¿Te parecen tontas estas palabras? Entonces enlista tus canciones favoritas de los discos Red Hot Chili Peppers y Freaky Styley, ¿Verdad que es una difícil elección? Si a esto le sumamos la intensa adicción a las drogas por parte de los integrantes, tenemos como resultado una premonición de fracaso. En la década de los 80 era más fácil esperar una sobredosis a un hit de nivel mundial.
El cambio en la mentalidad de RHCP –y principalemente en Anthony Kiedis– llegó con la muerte de Hillel Slovak. Ese deceso orientó al grupo y le dio la inspiración para componer Blood Sugar Sex Magik, álbum que alberga dos de las canciones más importantes de la banda; “Give It Away” y “Under the Bridge”. El triunfo mediático llegó con Californication, disco que surgió tras 15 años de maduración. Antes de ello, la banda estaba en una cuerda floja.
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Foo Fighters
Tras la muerte de Kurt Cobain y el inminente final de Nirvana, el público creía que nada podía ser igual y que ninguno de los integrantes restantes podrían superar la sombra del grupo que cambió el rumbo de la historia de los 90. Sin embargo, de esa habitación oscura surgió una diminuta luz de nombre Dave Grohl. En un inició nadie confío en él porque, en primer lugar, ¿cómo un baterista por naturaleza se mudaría a las cuerdas y, lo que es más extraño, a ser la voz principal de un grupo? Lo que el mundo no sabía es que Dave ya llevaba varios años puliendo la habilidad de composición, sólo que no lo decía abiertamente porque la gran figura de Kurt lo intimidaba (un poco).
Era evidente que todos los fans de Nirvana estaban pasando por un duelo profundo y cualquier otra cosa que viniera de aquel lastimoso rincón de grunge iba a ser juzgado y repudiado. Pero el futuro no está escrito y el genio creativo de Dave empezó a tener resultados positivos. Hoy, a 22 años del lanzamiento del primer disco, Foo Fighters tiene su lugar propio en el mundo y es tan respetado como Nirvana.
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Pulp
El álbum debut de Pulp pareciera que fue grabado por una banda de cóvers que recién se decidió a tocar canciones propias. Los temas son flojos a más no poder, aunque si algo se le debe elogiar al grupo es que, a pesar de ser la década de los 80, ellos estaban lejos de los convencionalismos estructurales en cuanto a instrumentos y estilos. Si su tiempo era el de cajas de ritmos y sintetizadores, ellos le apostaron a un folk que serviría como canción de cuna. Después de It llegó Freaks, material con 10 historias sobre claustrofobia y sofocación que terminaba por incomodar al espectador. ¿Hay algo valioso en estos discos? Es difícil de aceptarlo –porque Jarvis Cocker– pero no había nada de valor en ese cúmulo de tracks.
La historia cambió con His ‘n’ Hers, el cual llegó al puesto número 9 en los charts de Reino Unido. ¿Por qué? Jarvis echó su vergüenza a la basura y se entregó a lo que es, un extrovertido, extravagante y de buen estilo frontman. Claro que el sonido del proyecto tenía que emparejarse y lo hicieron muy bien, el resultado es el icónico tema de “Babies”. A partir de aquí la banda se disparó hasta los cielos y con Different Class conquistaría el puesto número uno de las listas de popularidad. Las historias que siguen después son sólo de éxito.
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The War On Drugs
Un tímido rasgueo abre el álbum debut de la banda (californiana), que en aquel 2008 aún tenía una suma de errores creativos que poco ayudaban. La voz de Adam Granduciel tenía un sucio tono de principiante y los riffs de guitarras parecían salidos de una orquesta desafinada. De aquel disco nada se recuerda, al igual que Future Weather, segundo material donde Kurt Vile decidió abandonar el proyecto para iniciar su carrera como solista. En ese entonces, la decisión de Kurt fue acertada pues nadie esperaba supremacía del joven proyecto. Los años pasaron sin mucha gracia y de los tres discos que sacó la banda (y un EP que ni ellos mismos quieren recordar) no había ningún tema que mereciera ser rescatado. Ya se podía percibir un estilo sonoro marcado por las reverberaciones y los arpegios cristalinos con delay, pero todo ello era como un diamante en bruto.
Si en ese entonces Adam y los demás hubieran abandonado el proyecto nadie hubiera sentido un vacío, sin embargo, en 2014 The War on Drugs sorprendió al mundo. Lost in the Dream fue el despertar de un genio que tiene la habilidad y seguridad de combinar atmósferas grumosas con una limpia melodía de guitarras. Con temas deliciosos como “Under the Pressure” y “Red Eyes”, el grupo acaparó la atención de la crítica y la de los fans que gustosos abrazaron piezas profundas como “An Ocean in Between the Waves” y “Burning”. La consolidación del éxito llegó con el disco A Deeper Understanding, la cumbre creativa y mediática de la banda. ¿Aún no has escuchado el disco? Dale click y descubre por qué The War On Drugs está triunfando.
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Blur
El primer disco, Leisure, fue un remedo de lo que fue el madchester, el shoegazing y baggy de finales de los 80. Era evidente que la joven banda quería encajar de una manera terca con un momento que ya estaba por acabar. Querían mantener la línea de los Happy Mondays, Primal Scream y The Stone Roses, sin embargo, ya estaba tan desgastado aquel estilo que su álbum sólo acentuaba el ocaso. De quedarse en ese estado Blur hubiera muerto al amanecer, cuando pasó la resaca de las drogas.
Por fortuna de Damon y los demás, el grupo desechó toda la toxicidad del madchester y le apostó más a un pop rítmico y digerible. Los resultados todos los conocemos y los disfrutamos, pero sin duda, en un inicio su panorama era inconsistente.
Estas bandas nos demuestran que hay que experimentar diversos cambios conforme pasa el tiempo, de lo contrario se corre el riesgo de estancarse y fracasar.
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