Muchos años después de que Pink Floyd dejara de existir y el bajista Roger Waters hiciera una exitosa carrera en solitario, éste diría de manera categórica respecto a su excompañero David Gilmour: “Dave y yo no somos amigos, nunca lo fuimos y dudo que alguna vez lo seamos. Lo que está bien, porque no hay motivos para que lo seamos”.
¿Pero por qué el guitarrista y el bajista, respectivamente, de una de las bandas de rock más importantes de la historia han mantenido una distancia irreconciliable a través de los años?
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Habría que regresar hasta el año 1979 cuando Pink Floyd grabó The Wall (para muchos su segunda obra maestra después de The Dark Side of the Moon), un disco en el cual Waters asumió el rol protagónico en el concepto del disco y en la composición de los temas. Gilmour diría a Rolling Stone en 1987: “(Roger) forzó su camino para convertirse en la figura central”. Por su parte, Waters alegó que sus compañeros de banda no estaban realmente comprometidos con las canciones de la banda.
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En 1982 la banda regresó al estudio para la grabación de The Final Cut, el último disco que contó con la participación de Waters en la banda. Era evidente que entre los miembros del grupo existía una creciente tensión, tomando en cuenta que Waters hizo de The Final Cut casi un disco solista y que en 1981 se había dado la salida del tecladista Rick Wright por diferencias personales y artísticas con el cantante. Cuando el disco fue finalizado y lanzado al mercado en 1983 los miembros de la banda se concentraron en sus proyectos personales; por su parte, Gilmour mostró un desacuerdo casi total con el resultado conseguido en el álbum.
Dos años después, en 1985, Roger Waters salió de manera definitiva de la banda con el deseo de hacer una carrera como solista. Eso sí: antes de hacerlo reclamó que el nombre de Pink Floyd no fuera usado por nadie, empezando una batalla legal con el resto de sus compañeros. Cuando todo parecía indicar que Pink Floyd desaparecería tras la partida de su cantante, bajista y líder, David Gilmour tomó las riendas de la agrupación y decidió seguir adelante… ganando el derecho de usar el nombre con el que la banda alcanzó la inmortalidad.
Nick Mason, David Gilmour y Rick Wright durante la “Division Bell Tour” del cual surgiría el disco en vivo P·U·L·S·E
Bajo su liderazgo, Pink Floyd editó los discos de estudio A Momentary Lapse of Reason (1987), The Division Bell (1994) y The Endless River (2014), éste último se trata de un conjunto de tomas que sobraron de la grabación de The Division Bell. Para muchos críticos estos trabajos no se encuentran al nivel del resto de la obra de la banda.
Pese a que Roger Waters y David Gilmour trabajaron una buena cantidad de años juntos (desde 1968 cuando Gilmour llegó para sustituir a su amigo y primer líder de la banda, Syd Barret), e hicieron extraordinarios álbumes que cambiaron la historia de la música, entre ambos jamás existió una verdadera amistad.
La alineación clásica de Pink Floyd con David Gilmour, Roger Waters, Nick Mason y Rick Wright
El editor, crítico de música y experto en rock Emilio Jalil (aunque él se define más como místico, comediante involuntario, soñador y nihilista amistoso) opina respecto a la lucha artística de ambos músicos: “Cuando salió Barrett, la banda se quedó sin líder y desde entonces los dos (Waters y Gilmour) tenían esa pugna. La verdad Waters siempre fue más “artista” y Gilmour más “músico”. Creo que en Animals se equilibró la lucha de poderes, y a partir de The Wall eran discos de Waters, que honestamente son muy superiores a los de Floyd sin él”.
Sin embargo, no todo estuvo perdido para los fans de la banda: en 2005, para el evento Live Aid 8, la alineación clásica de Floyd volvió a estar reunida en un escenario en lo que fue calificado como un hecho histórico. David Gilmour, Nick Mason, Rick Wright y Roger Waters ofrecieron un set de poco más de 20 minutos donde interpretaron temas de su obra maestra The Dark Side of the Moon además de The Wall y Wish You Were Here.
Seis años después, con la única ausencia de Rick Wright en el escenario (quien fallecería en 2008 a causa de un cáncer), los músicos volvieron a estar juntos: Waters invitó a Gilmour y Mason a tocar con él la canción “Comfortably Numb” en Londres. Waters y Gilmour lucían emocionados por tocar juntos, sin embargo, pese a que hubo intentos para componer material nuevo y Roger manifestó su arrepentimiento de haber entablado demandas para que sus compañeros no pudiera usar el nombre de Pink Floyd, el sueño de muchos nunca cuajó, pese a que ambos han coincidido en un puñado de eventos.
Sobre si alguna vez podremos ver a David Gilmour, Nick Mason y Roger Waters juntos haciendo nueva música o una gira completa bajo el nombre de Pink Floyd parece algo tan surrealista, complejo y extraño como la música que nos ofrecieron. Tal vez sea mejor que los egos se concentren en sus proyectos personales y que la historia siga su curso dejando el pasado en el lugar donde mejor se encuentra.
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