Si todos los caminos conducen a Roma, entonces todas corrientes culturales conducen a David Bowie. Si te gusta la moda, el arte, el pop, el rock, el glam, los seres de otra galaxia y autores como Burroughs, inevitablemente has llegado a Bowie y te has enamorado de él.David Bowie es ese extraterreste que cayó a la tierra para bendecir a los mortales con su glamour casi como una manifestación mágica que va a perdurar por los siglos de los siglos. Vamos, su persona es el único cuerpo que se ha dotado de cientos de referencias sexuales que influyen como una auto-expresión más allá de la década de los 70.Todas estas aseveraciones no son al aire, pues trabajos como el que hace en esta ocasión el fotógrafo Mick Rock, documentando “el ascenso y caída de Ziggy Stardust” a través de fotografías que recorren el año de 1972 a 1973 durante conciertos, entrevistas, fuera de los reflectores y en momentos íntimos de Bowie con la música.
Las fotografías de Rock son básicamente una mirada íntima al interior de una estrella efervescente de alguien que, detrás de todo el maquillaje e increíble vestuario, probablemente ni siquiera se daba cuenta de sí mismo y de todo lo oculto que estaba detrás de un mismo David Bowie.Mick Rock, casi de forma literal vio nacer y morir al personaje más emblemático al que Bowie diera vida, a Ziggy Stardust, convirtiéndose así en su fotógrafo oficial y también de la “Santísima Trinidad” de la música (David, Lou, e Iggy), pero las imágenes más convincentes de la vulnerabilidad de la estrella de la música, son aquellas que nunca antes se han visto, como maquillándose antes de un concierto, descansar en el autobús que lo llevaba de tour e incluso durmiendo.
“Fui a la universidad en Cambridge, así que comencé a tomar fotografías para tener un poco de dinero extra. Solía hacer entrevistas y fotos para algunas publicaciones. Era más barato tener un chico haciendo los dibujos y las fotografías que tenerlo de planta porque significaba que podían pagar menos. Fue Hunky Dory con el que me fasciné por David aunque en su momento no fuera un éxito. Me acerqué al Town Hall en Birmingham para pedir un encuentro con David, tomarle algunas fotos y concertar una entrevista. Las primeras imágenes que tengo de él las tomé en el backstage. Ese fue el comienzo, después él me invitaría a cosas diferentes. Le tomé fotos en el escenario, en su casa, etc. algunas imágenes más cercanas. Recuerdo que en alguna entrevista dijo: “Mick me ve como me veo a mí mismo.” Después de eso, yo estaba con él todo el tiempo.”
Si nos ponemos a ver un poco hacia el pasado, es Mick quien comienza con el culto a la imagen de David Bowie como lo conocemos y es el mismo fotógrafo quien ha confesado que “El Camaleón” le representa algo algo más grande que cualquier persona sola posiblemente podría ser, pues su figura es además, una representación de ciclos culturales repetitivos, pues aunque la cultura pop sea desechable, de alguna manera él se ha logrado mantener bajo un halo de misterio en torno a sí mismo, misterio que nunca será resuelto y del que nunca nos podríamos aburrir.
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Todas estas fotografías han sido retomadas por la editorial Taschen para reunirlas todas en un mismo libro: Mick Rock: Shooting for Stardust, The Rise of David Bowie & Co.,
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Las declaraciones de Mick rock fueron tomadas de Vogue.com