En 1979 tuvo lugar un acto que hasta la fecha es considerado una expresión casi artística: la muerte de Sid Vicious a causa de una sobredosis. Mucho antes del trágico suceso, Vicious, la cara del movimiento, declaró que la muerte era la expresión punk más grande que podía haber. Rebelarse contra la vida y protestar acabando con ella es la manifestación más pura.
Pero quizá la expresión más importante no es la muerte de íconos como Vicious, sino la del punk mismo. Johnny Rotten, Richie Ramone o Steve Jones mantienen viva la idea de que el género de la cresta, botas y tirantes jamás desaparecerá. Sin embargo, hay una banda que se ha encargado de desenvolverse en el medio musical de tal manera que el mundo entero ha hecho lo impensable: terminar con el punk.
Bristol vio nacer 1988 a Massive Attack, la banda elegida por alguna divinidad para matar al punk. Pero en su lugar, nos entregaron una fusión de ritmos que desembocaron en un sonido peculiar. En aquélla ciudad se mezclan muchas culturas, es una encrucijada en la que encuentras rock, reggae y hip hop conviviendo naturalmente. Así que no es sorpresa encontrar a todos ellos en el sonido de la banda.
Robert “3D” del Naja, Grant “Daddy G” y Andy “Mushroom” Vowels formaron Massive Attack. El nombre es un presagio de lo que encontrarás en su música: un ataque masivo de géneros, culturas y pasión puestas en un sonido específico que ha sobrevivido casi tres décadas por ser atemporal y estar cargado de líricas poderosas. Pioneros del trip hop, género musical que mezcla la diversidad que se veía en las calles, la banda se dedicó a revolucionar la manera de escuchar música.
El actor Paul McGann (“Doctor Who”) es la voz encargada de narrar un documental creado por la BBC en 2006 que explica el nacimiento de la escena musical en Bristol guiado por la banda. La historia recorre varios puntos clave, empezando por aquél en el que el grupo materializa su primer disco “Blue Lines” que marca el final de la escena punk por una sencilla razón: de la fusión de los “rebeldes” con el new wave, generando una nueva corriente en la que Siouxsie And The Banshees, The Cure o Ultravox reforzaron su carrera.
Massive Attack apareció entonces con su propuesta que aunque sonaba diferente a todo lo que estaba puesto sobre los oídos de la gente, aunque seguía los mismos pasos del punk. Sería opuesta a lo tradicional, exótica y decidida a contradecir mundo, pero con mejor calidad musical. Aceptémoslo, amamos cantar ‘Anarchy In The UK’ de Sex Pistols o ‘Should Stay Or Should I Go’ de The Clash, pero las voces no son las más privilegiadas, las guitarras tampoco y el bajeo, característico del punk, es solamente velocidad. Nos duele, pero hay que aceptarlo.
Con testimonios de Milo Johnson (The Wild Bunch), Mark Stewart (The Pop Group), el polifacético Roni Size y Neil Davidge, productor de los últimos trabajos de la agrupación, narran cómo fue que se engendró uno de los sonidos más inconfundibles y ricos del Reino Unido durante los ochenta y noventa.
A lo largo de 30 minutos vemos un choque de culturas y estilos musicales que le dio al Reino Unido una identidad musical más sólida. Entre fotografías, grabaciones de videoclips y con¡ciertos, pone en alto las raíces de Massive Attack demostrando que, aunque llegaron a aniquilar el punk, le agradecen también por abrir la brecha en el camino de la protesta con sus ideales que van más allá de un mohawk y un suicidio.
Gracias a Sid Vicious conocimos la desesperación y la fe en las creencias propias hasta la muerte, literalmente. Pero gracias a Massive Attack nos adentramos en la verdadera esencia de la protesta que implica mezclar culturas, estatutos e ideales en un solo proyecto con la finalidad de sacar a flote la música y el bienestar social.
Conoce más de la banda de Bristol para entender su propuesta, también puedes saber más sobre la relación de Banksy con Massive Attack.