¿Alguna vez has leído un libro que te ha cambiado la forma de percibir la vida? Esos textos cuyas enseñanzas te transforman en alguien nuevo. Tal vez comienzas a ejercitarte, a viajar más, tal vez terminas una relación o decides que es hora de seguir adelante y conocer gente nueva. Sí, hay muchos libros que te pueden enseñar grandes lecciones de vida, pero, ¿qué tal un libro que te hace ver que el rock no es lo que tú piensas?
La música es una de nuestras más sagradas pertenencias. Tal vez esa banda o cantante sea alguien que nunca conoceremos y cuya letra muchas veces no comprendemos del todo, pero sentimos que su música es nuestra de cierta forma. Y lo es, la música realmente es de quien decide adoptarla, es tan personal como decidamos. Al hacer eso, el rock ha sido una de las apropiaciones más fuertes entre la juventud de la segunda mitad del siglo XX y en menor medida, del siglo XXI. Rebelión, juventud, sexo, hedonismo, caos y más, se unieron en un sonido contestatario que invocaba al pensamiento crítico, a la libertad opresora de los padres, del gobierno o de la iglesia. Romántica forma de entender un sonido generalmente creado por dos guitarras, un bajo, una batería y una voz. Si tu idea del rock es personalmente bella, nostálgica y se adecúa a lo anterior, te recomiendo dejar de leer, porque las siguientes declaraciones de Ian Svenonius acerca del género pueden causar un desencanto existencial del que ni Led Zeppelin, ni The Beatles te podrán quitar de encima.
En su libro “Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock”, el músico y critico Ian Svenonius indaga en el sonido que nació en los cincuenta y cambió al mundo para siempre. Su libro comienza con una investigación paranormal en la que contactó a los espíritus de grandes músicos para entender y saber la forma en que una banda de rock debe ser formada. Totalmente paródico, el libro explota ese recurso para aclarar algo que comienza ese camino de desilusión: ningún rockero vivo aceptará contar los secretos del éxito, tienes que estar loco, o tres metros bajo el suelo para revelar el camino oscuro que tomaste y así convertirte en el mesías de miles de personas.
Brian Jones, Buddy Holly, Paul McCartney (no está muerto, pero pasa tanto tiempo meditando que puede comunicarse tal como lo hacen los muertos) son algunos de los espíritus con los que el autor conversa. Ellos le cuentan la historia del rock antes de comenzar a dar un manifiesto acerca de la forma en la que se debe formar una verdadera banda de rock. Claro, no hay que ser ingenuos, toda la parafernalia mística es sólo una forma de hacer divertido el punto de vista del crítico, quien bajo el espíritu de grandes músicos intenta desmembrar la verdadera causa del nacimiento del rock, el verdadero propósito de las bandas y la necesidad de hacerlo.
Con una fuerte y crítica mirada a todas las cuestiones de las que el rock se nutre, el libro tergiversa la idea y le da un significado un tanto desalentador, pero también lógico, un ejemplo es el comentario que el supuesto fantasma de Brian Jones (fundador de The Rolling Stones) hace en las primeras páginas del libro:
“¿O sea que disolver un grupo es una alternativa a morir?
En cierto modo, la disolución de un grupo es una muerte fingida (…) si bien este tipo de muertes simbólicas reportan recompensas fantásticas para la antigua banda del músico en cuestión, también causan estragos en sus futuros proyectos. A los fans les cuesta mucho aceptar al presencia del ‘fantasma’ del músico cuando éste intenta abrirse paso en el mundo de los vivos.
Cuando los carteles del concierto de una nueva composición anuncian que este cuenta con un ex miembro de tal grupo o de tal otro, en realidad están presentando a una momia. L o que el promotor considera un plus comercial es en realidad una mancha negra en un mundo que idolatra a sus leyendas cuando han muerto, pero que exige que los músicos de carne y hueso sean siempre jóvenes y nuevos”.
Guns N’ Roses es conocida por tener integrantes que no se soportan, a pesar de eso la reunión más esperada de 2016 es la de la banda que estaba en la cima en 1987.
Según el autor (o algún espíritu, ustedes elijan), la banda de rock nació a partir de las pandillas callejeras de Estados Unidos. Hasta ese punto parece que el rock sí viene de ese torrente violento, criminal y rebelde del que muchos se sienten orgullosos. La desilusión llega cuando Paul McCartney (claro que tenía que ser él) habla acerca de la invasión británica, la forma en que los estadounidenses, al rechazar sus propios sonidos musicales tuvieron que aceptar que los ingleses tomaran la batuta para comenzar a liderar el sonido del rock:
“Después de la guerra los británicos descubrieron las formas musicales estadounidenses, pero estas les llegaron en gran medida descontextualizadas. Conocieron el blues al mismo tiempo que el rock, y muchos británicos combinaron esos estilos en un todo.
Cuando los británicos recrearon las obscenidades criminales y psicosexuales americanas de forma aduladora, las clases medias estadounidenses reaccionaron con perplejidad y disgusto, aunque con el tiempo terminaron por obedecer sumisamente las ordenes.
La única forma en que los adolescentes de clase media en Estado Unidos aceptaran en masa ese estilo musical era reintroduciéndolo entre los yanquis de la mano de alguien distinto a sus creadores originales, casi todos ellos negros, campesinos blancos del sur o gente de un modo u otro ‘exótica’”.
Led Zeppelin. Banda inglesa con una fuerte influencia del blues estadounidense.
Después, el libro se lanza en una teoría de conspiración en la que intenta demostrar que Estados Unidos hizo eso porque siempre se ha sentido inferior a Inglaterra, dice que el país desea volver a ser una colonia del Imperio Británico y hasta deduce que los estadounidenses desprecian a los franceses porque no los perdonan por la ayuda que estos les brindaron para independizarse. Una divertida y peculiar forma de rastrear el origen del rock en un contexto geopolítico e histórico.
“Durante los sesenta, el cantante de rock estadounidense caucásico cantaba todavía con un deje de folk blanco, mientras que sus colegas británicos versionaban sin ningún tipo de pudor a Jerry Butler, a Sam Cooke o a Don Covay. Esa tendencia se observa de nuevo hoy en la escena hip-hop blanca a nivel internacional”.
https://www.youtube.com/watch?v=gbO2_077ixs
Tal vez el tema que más desalienta acerca del origen de la música favorita de muchos cabe dentro de esa teoría de conspiración, pero si pensamos en la forma en que el rock estadounidense ha impactado en las juventud latinoamericana, no es tan paranoico pensar que tal vez el autor tiene razón. Es aquí donde cada uno debe pensar lo que más quiera, pues de ser cierta la teoría del escritor y de los fantasmas que contactó, el rock es lo opuesto de lo que pensamos:
“Las luchas organizadas se vieron reemplazadas por conciertos, los locales de pandillas por locales de ensayo; y los ‘colores’ de las organizaciones callejeras por el logo del grupo pintado en el bombo de la batería.
Fue una estrategia brillante para reconfigurar el modelo de club callejero y convertirlo en una empresa comercial capaz de canalizar las tendencias antisociales y fomentar la lealtad a los valores de mercado.
(…) uno de los aspectos de las pandillas era su negativa a realizar trabajos normales (…) sus miembros eran delincuentes juveniles. La banda de música (que tenía un producto que vender y, por lo tanto, era contratada como mano de obra) era una variación industrializada, comercial, de la pandilla callejera, tenía una función práctica de control de la juventud y de propagación de la ética protestante”.
Ese discurso, esa temible idea de la pureza del rock trastocada y enfrentada a un sistema político que planeó la rebelión juvenil en música y protesta, termina con una frase que, de ser cierta, hace que el rock se convierta en otro más de los productos impuestos, no por la contracultura, sino por los ejecutivos de cuello blanco que gobiernan el mundo: “La banda de rock sería el golpe de gracia que empujaría al planeta entero a aceptar la hegemonía capitalista liderada por Estados Unidos”.
Ian Svenonius, músico de la escena punk de Washington en los ochenta y crítico musical escarba en el lado oscuro del rock y muestra su idea de un producto capitalista, falso y fabricado con la meta de alienar a la gente en un sistema hegemónico donde no hace falta pensar. El resto del libro intenta deconstruir a la banda de rock para mostrar qué es lo que alguien debe hacer si quiere ser un gran rockstar. El resultado va de la mano de lo que hemos mencionado anteriormente.
“La fama de un grupo es un elemento fugaz, está sujeta a los caprichos y antojos de un público inculto. El miembro de la banda es un payaso que ocasionalmente proporcionará un alivio cómico a sus oyentes, pero que por lo general será ignorado o directamente ridiculizado”.
Finalmente entre todas las piedras que el amante del rock lanza a su propia puerta, el libro deja una clara lección: el rock no es alcanzar el éxito, lanzar videos, ir de gira o tener sexo; el rock es transmitir una idea, esa idea debe ser considerada después de estudiar arte, política, religión, retorica y más por años; no cualquiera puede dar su opinión, sino el rock decae de nuevo.
“Si tu ambición es la consecución de algún objetivo de tipo social, estético o vagamente político, la banda de música es el medio ideal para transmitir tu mensaje, pues ofrece una fachada organizacional furtiva que debe permitirse emprender una transformación real de la cultura”.
Altamente recomendable, “Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock” es una mirada ácida, divertida y profunda sobre el origen, formación y esencia de una banda de rock. Consejos como la necesidad de abstenerse del sexo para mantener una actitud erótica en el escenario, no tener comunicación con tus compañeros de la banda, pues eso siempre hace que se separen o saber predecir qué tipo de droga estará de moda para ser una banda “cool”, el libro se puede tomar tan en serio como uno quiera. Si se cree todo lo que dice, el rock se convierte en el enemigo numero uno del libre pensamiento, pero si en cambio, lo miras con una visión mucho más relajada, es una divertida lectura acerca de una de las aspiraciones de millones de personas.
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Fuente: Svenonius, Ian. (2014) Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock. Blackie Books. Barcelona, España.