“Infinito” es una de las canciones más famosas de Enrique Bunbury. También es una de las composiciones que encierran todo el talento que el español tiene como músico, ya que tanto la letra como los arreglos musicales se han adaptado a muchos estilos y voces. Uno de ellos la versión en mariachi.
Según las declaraciones que ha dado Enrique Bunbury sobre esta versión, consideró tocar el track con este estilo musical porque le recordaba a las canciones tradicionales de los 60 o 70. En efecto, la crítica opinó sobre “Infinito” que trae de regreso esas épocas doradas en las que José Alfredo Jiménez le cantaba a la tragedia, el desamor y los corazones rotos.
En cuanto a la composición no hay mucho que contar. Tan simple como catastrófico, sólo se trató de reunir los pedazos de un corazón desgarrado. Por eso el mariachi era ideal para la versión que Bunbury decidió saca junto con el videoclip hecho en la ciudad de México a modo de tarde bohemia en una cantina. En palabras del músico:
«No podemos hacer esta versión en otro lado. Yo pienso que, por un lado es una especie de homenaje a un México muy querido y un país que nos ha tratado siempre muy bien cuando hemos venido aquí. Y queríamos hacer algo muy especial; grabamos esta versión y luego dijimos: “Esto no se puede ir sin video; vamos a una cantina y entre tequilas con los mariachis vamos a grabar algo bonito».
Su regalo fue un homenaje a ese México de mariachi que en estos tiempos (y en aquellos, 1999 cuando se estrenó el álbum Pequeño, que incluye “Infinito”) ya está muy de lado y casi no figura en nuestro inconsciente. Las serenatas, las cartas de amor y todo lo que componía el romanticismo de ese entonces ha sido reemplazado por imágenes y mensajes instantáneos.
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José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís y hasta Agustín Lara son esas estrellas musicales nacionales que hicieron de un rechazo amoroso una oda a la dignidad sentimental y a los corazones enamorados. Porque aunque parece que sí, amar no es ninguna vergüenza, es un acto que requiere valentía, confianza y la esperanza de que en algún lugar en el horizonte hay alguien perfecto para ti:
«Y engáñame un poco al menos,
di que me quieres aun más,
que durante todo este tiempo
lo has pasado fatal,
y que ninguno de esos idiotas
te supieron hacer reír
y que el único que te importa
es este pobre infeliz».
“Infinito” tiene al menos cuatro versiones incluyendo la acompañada con mariachi; es una canción a la que Enrique Bunbury le da un trato especial por encerrar en su letra tanto el valor de un corazón roto como el coraje de darle reparo.
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