La década pasada está marcada por múltiples controversias musicales que aún se encuentran a una muy temprana edad para ser resueltas; una de ellas es el género que marcó la década gracias a los infinitos géneros musicales que sobresalieron durante el 2000 y el 2009. Esa década aún no es recordada por un sonido definido, la multisonoridad a la que Internet sometió a los melómanos durante los últimos años ha complicado mucho la tarea, pues ahora los gustos no se cierran a un solo género musical. En esta batalla sin terminar el rock también tiene su propia polémica y en ella se encuentra Jack White, uno de los músicos más reconocidos e importantes de los últimos años.
Jack White es conocido por ser un músico cuyo talento es exprimido en cada uno de los proyectos que toca. Su forma de ejecutar la guitarra (su instrumento principal pero no por eso favorito) causa polémica: mientras algunos dicen que su forma es “simple” y “cruda” y que eso lo hace un gran músico porque le da un sonido propio, también es criticada por otros como un guitarrista sin talento. Pero la verdad es que White es uno de los responsables de regresar al rock por un camino que otras bandas parecían haber olvidado. El blues es una de las características que define al rock, sin este género el rock no habría dado vida a grandes bandas como Led Zeppelin, Cream o The Rolling Stones. La evolución de éste hizo que poco a poco las raíces del rock se disolvieran y transformaran, pero en 1999, en el último año del siglo XX, un álbum llamado The White Stripes reafirmó esas raíces al mostrar que el rock y el blues eran capaces de reseguir y sorprender aún después de tanto tiempo. Sólo es necesario escuchar el cover realizado al llamado “abuelo del rock”: Robert Johnson.
Jack White formó The White Stripes en 1996 con su entonces esposa Meg White, con su álbum debut en 1999 los White comenzaron a ganar popularidad en los circuitos de rock en Estados Unidos, donde poco a poco su sonido distorsionado, acercándose al garage rock, fue recibiendo elogios de la crítica. Les tomó sólo un año producir un nuevo material: “De Stijl”con éste llegaron al número 38 en la lista de discos independientes de Billboard. El álbum incluyó ritmos pop sin dejar de lado la esencia de su material anterior. Un año después, en 2001, Jack White demostró que su proceso creativo no descansaba y el 3 de julio salió a la venta White blood cells, lanzándolos al éxito comercial y posicionándolo en las listas de los mejores discos del año, incluso fueron catalogados como “la banda más grande desde los sex pistols”.
Mucho se dice de Jack y Meg White, él fue quien tomó el apellido de su esposa y aunque muchos consideraban que ella, siendo menos talentosa que él, no le permitía explotar su talento al máximo, en 2003 ambos demostraron que eso estaba de lado y publicaron el que para muchos es su mejor material. Elephant fue grabado en dos semanas con un cartucho de ocho pistas y un austero equipo de grabación de los años sesenta. Fue entonces cuando Rolling Stones lo posicionó en el número 17 de su lista de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos, también entraron en el puesto 390 de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos con esta producción.
Jack White marcó la década pasada con su banda -a pesar de continuar con The White Stripes y lanzar Get behing me Satan (2005) e Icky Thump (2007), con los que consiguió buenas reseñas pero también fue criticados por alejarse un del sonido característico que a lo largo de 4 discos ambos habían construido-, la que se desintegró oficialmente en 2010 después de diferentes teorías por parte de sus seguidores y de la industria, pero ante las cuales White declaró que era lo mejor para ellos y para los discos que habían grabado.
En 2006 formó la banda The Raconteurs con Brendan Benson, Patrick Keeler y Jack Lawrence. La batería simplista de Meg fue sustituida para darle paso a un álbum que se acerca a un rock más complejo y poderoso. Con letras profundas, solos de batería e incluso tonos pop de parte de Brendan Benson, The Raconteurs convirtió al músico en mito y Jack White pasó a ser parte de los músicos más importantes del momento, demostrando así que no dependía de un solo proyecto y que su genialidad podía alcanzar nuevos horizontes.
Incursionando en nuevos terrenos y arriesgándose aún más, después de dos fructuosas producciones: Broken Boy Soldiers (2006) y Consolers of the lonely (2008), White dejó el proyecto en espera y formó, junto con Alison Mosshart (quien lo había sustituido en algunas presentaciones cuando él se encontraba enfermo) el súper grupo The Dead Weather. Dean Fertita, de “Queens of the Stone Age”, se unió al proyecto y junto con Jack Lawrence publicaron, bajo la productora Third man Records, su primer disco: “Horehound”, el que se convirtió en uno de los trabajos más oscuros en la discografía del músico. Con la voz de Mosshart rayando entre la sensualidad y la agresividad, la veloz y potente guitarra de Fertita y el impecable bajo de Lawrence, White tomó el mando de su instrumento: la guitarra, aunque durante sus shows en vivo la banda alternara instrumentos.
La súper banda publicó un disco más y se encuentran en espera de publicar la tercera entrega de The Dead Weather; mientras tanto, White, después de años de plegarias por parte de sus seguidores, publicó finalmente su debut como solista: Blunderbuss. Aquí White tomó las libertades deseadas para crear algo totalmente suyo, la ayuda de otros músicos y amigos suyos permitieron que las cosas se hicieran tal como un solista desea trabajar en sus grabaciones. Lazzareto, segundo álbum como solista de Jack White, aun no sale a la venta y a pesar de eso ya rompió un record mundial, su sonido parece regresar a sus elementos fuertes sin perderse en ellos, la madurez de un músico con una carrera relativamente corta pero cuyos trabajos han pasado a la historia del rock gracias a la originalidad y fuerza que este tímido personaje ha demostrado en sus ejecuciones y producciones.
Es pronto para saber si él fue el músico más importante de la década pasada, pues existen grandes nombres quienes como él han llevado el rock a otras fronteras. Guitarrista, pianista, baterista, vocalista, productor e incluso editor, Jack White lleva en sus manos la sustancia del rock y del blues norteamericano, la que parece que no se apagara en algún tiempo.