No es secreto que la música y la tecnología nos han abierto un escaparate a la libertad de expresión, la accesibilidad y la inmediatéz. Gracias a la era digital y su respectiva brecha, muchos artistas han sido descubiertos como enormes revelaciones en su respectivo nicho musical y con un gran aporte hacia la construcción y evolución de las diversas culturas musicales. Artistas que van desde los deathcoreros Job For A Cowboy y hasta el mismo Justin Bieber que ha logrado consagrarse como una figura enormemente pesada en la farándula mainstream salieron de Internet.
Como escuchas y fans, esto también nos permite conocer más música y por ende conocernos o bien, incluso definirnos a nosotros mismos. Conforme crecemos, buscamos identidad y muchos la hemos encontrado en los discos de nuestras bandas favoritas. Hay para todos gustos y todo tipo de emociones y situaciones… música política, religiosa o simplemente de amor ha ayudado a construir el acervo cultural en la historia humana y mientras avanzamos en el tiempo, más y más personas publican sus obras sin restricción alguna, aportando así más canciones a la historia.
Foto: Hilo original de Twitter
El problema nace cuando descubrimos el otro filo de la navaja y bajo el pretexto de crear música o arte, algunas mentes limitadas aprovechan la oportunidad para crear mensajes que además de incitar al odio, generan empatía en personas con una ideología similar. Es decir, crea comunidades, los hace sentirse acompañados y pensar que el odio y la violencia deben coexistir en un ambiente que comprenden como una falsa libertad de expresión.
Claro ejemplo de esto, es el contenido creado y difundido por Johnny Escutia, un pseudo rapero mexicano cuyo mensaje no es más que una total incitación al odio hacia la mujer y una mofa para todas las personas que se han unido a combatir los feminicidios. Con un tono burlón y una paupérrima calidad musical, Escutia le habla a algunos hombres a quienes llama colegas con el mismo tipo de ideas y los invita a quitarle la vida a una mujer para convertirse en un ‘hombre de verdad’. Si a estas alturas uno es incapaz de ver el problema con esto o piensa que no es más que un personaje, no sería más que un ejemplo de la enfermedad mental que aqueja a la sociedad. José Antonio Badía, host del podcast Leyendas Legendarias lo tiene como un caso de estudio en sus diversas historias. Te invito a que escuches su trabajo si quieres conocer un poco más de sus historias y el análisis psicológico que suele hacer.
Ciertamente, nunca faltarán los comentarios que llamen ‘generación de cristal’ a aquellos que se empeñaron en destruir todo vestigio de esta deleznable obra de las plataformas digitales y el eterno debate de internet seguirá en curso pues, de nuevo, ahora todos tenemos acceso a una opinión. Esta es la mía: no estás siendo objetivo al no ofenderte por un mensaje como el de Johnny Escutia, solo estás anestesiado por el constante bombardeo de información violenta en el mundo en el que vivimos y si crees que solo es una sátira, bastará con que sepas de la latente amenaza de muerte que este individuo le hace a una conocida YouTuber o la celebración del fallecimiento de una mujer cuyo caso sonó fuertemente en los medios. Johnny dice que su música es para ‘colegas que están mal del seso’ y no apta para los que ‘no tienen huevos’, francamente el personaje es un poco triste.
Ahora bien, ¿cómo afecta a la música? La plataforma de streaming musical más importante de México se llevó la peor parte al recibir toda la crisis mediática y en la conversación de redes porque la mayoría de los escuchas no conocen el proceso de subida de canciones a las plataformas digitales. Sin embargo, es importante mencionar que aunque Spotify y las demás plataformas reciben el contenido y tienen algunos filtros para su curaduría, se recibe una cantidad masiva de información día a día para su distribución y sí, es posible que aberrantes piezas como las del llamado ‘King de la Furia’ puedan hacer su camino hasta las plataformas. Evidentemente, desde este tipo de eventos se esperaría que tengan mucho más y mejores filtros de contenido.
Foto: Twitter
Sin embargo, el proceso de subida de muchos independientes (no puedo llamar a Johnny artista) es a través de diversas distribuidoras que se encargan de lanzar el contenido a las plataformas digitales y programar sus respectivos estrenos. A través de estas aplicaciones, hoy puedes subir tu música a Spotify, Apple Music, Amazon, Rdio, Tidal, Tik Tok, Shazam, Instagram y un sinfín de lugares más. La distribuidora digital tiene como tarea ser el primer filtro antes de darle alcance masivo puro y sencillo a mensajes de muerte y cobrar una tarifa por hacerlo posible. Por eso, nuestra responsabilidad como escuchas es justamente la de señalar contenido (sin abusar de ese poder) que estadísticamente, podría ser un síntoma de que algo peor puede pasar o que al menos, el narcisista en cuestión disfrutará la atención recibida como expuso Badía.
En el caso de Johnny Escutia, la distribuidora encargada de la subida de canciones tiene por nombre Indiefy y esta mañana reportó que ya habían bajado el contenido de este sujeto. Sin embargo, a diferencia del comunicado de Spotify que tiene apenas algunos minutos que se publicó al cierre de esta edición y que explica una postura bien definida en contra de este tipo de contenidos, la comunicación de Indiefy se limitó a decir «una disculpa». Eso podría decir mucho a los músicos acerca de sus próximas elecciones en cuanto a sus herramientas digitales.
Cabe destacar que sí, existe música que hace apología a la violencia y la ha usado como una herramienta de expresión desde el inicio de la industria. Sí, amigo metalero, Cannibal Corpse ha hecho letras igual o más violentas desde que empezaron su carrera. Sí, existen corridos, cumbias, pop y hasta jazz que habla de muerte y efectivamente, Johnny Escutia no es el primero ni será el último de estos personajazos que busquen crear polémica para ganarse el pan o peor… que lo tome demasiado literal y hable de tragedias que fueron o de las que están por ser aún. También es cierto que dentro de la misma muerte puede existir estética en la música o bien, personajes que solo la usen como un escaparate para crear arte que sirva como un desahogo de frustraciones, que genere empatía dentro de la sanidad mental o simplemente con el propósito satírico de entretener. Es cierto.
Pero también es un hecho irrefutable que el mundo ha evolucionado y con él, las ideas, la sociedad y en definitivo la industria musical. Artistas que tuvieron polémica por acusaciones de haber incitado al odio y a la muerte a jóvenes tuvieron oportunidad de apelar sus casos porque los discursos se estaban generando y porque eran simplemente eso, artistas hechos y derechos que hoy son leyendas vivas que también luchan por erradicar de raíz situaciones enfermas y violentas como la que se vive en México desde hace muchos años. No vamos a pensar que este caso aplica de la misma manera, ¿o sí? En especial cuando Johnny Escutia le pone nombre y rostro a su mofa, no puede ser un simple chiste negro por más que se empeñe a decir que sí como en las últimas horas.
Aunque puede ser muy delgada la línea divisoria entre artistas que lograron apelar a cierta oscuridad y personas carentes de talento que solo buscan esparcir un mensaje peligroso, al final la última palabra está en cada uno de los que deciden qué escuchar. Es curioso pensar que una de las opiniones más acertadas sobre el tema la escuché hace poco del cantante regional Pepe Aguilar, él menciona que hace 30 años había artistas ‘perrísimos’ en cualquier género musical y hoy en día, la creciente oferta pone a nuestra disposición demasiadas opciones que, en su mayoría muestran una decreciente calidad. O en sus propias palabras, música pinche.
¿Sabes? Además de reportar, está en ti simplemente dejar de escribir el nombre en buscadores y dejar de permitir que el morbo saque lo mejor de ti para oprimir el botón de reproducir. Está en ti dejar de reenviarla a quien sea y bajo el motivo que fuere, aún solo para que la gente tenga contexto. Mi conclusión es esta: podrías no estar de acuerdo o incluso llamarle censura a la eliminación del King de la Furia de plataformas digitales, pero dos cosas son ciertas.
La violencia en el país y la incitación a la misma NECESITA detenerse.
Solo tú sabes si quieres seguir escuchando música pinche.
El contenido de este artículo refleja la opinión de su autor en específico.
En portada: Hablemos de rap
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