Cuando pensamos en la vida de los famosos solemos pensar que todo les ha sonreído, que las oportunidades les han caído del cielo y que todo es brillante y bonito. Pero pocas veces es así.
En su libro Esta es mi vida, José José, El Príncipe de la canción, cuenta, entre varias anécdotas, una que lo marcó para siempre y lo dejó hundido en el alcoholismo.
Al comienzo de la década de los 70 del siglo pasado ‘el príncipe de la canción’ era una rutilante estrella en el firmamento de los espectáculos en México, pero su fama no llegaba a Estados Unidos. Para 1973 lo más que había conseguido es que sus canciones se usaran como música ambiental en algunos negocios. Uno de ellos era Reprise Records, en Los Ángeles, estudio fundado por Frank Sinatra.
Sinatra, luego de escuchar las canciones, reaccionó asombrado y pidió que localizaran al intérprete. La Voz quería firmar al Príncipe de la canción para que grabara en su sello. José José no dudó en aceptar la oferta, pero algo salió mal.
En ese momento José José tenía un contrato con la disquera RCA Victor y la firma se negó a dejarlo salir. El sello quería mantener al cantante como su artista exclusivo. Esto, según relata el libro, hundió en una depresión al mexicano, misma que lo hundió en el alcoholismo. Durante semanas vivió de la bebida y escuchar discos de Sinatra.
Tiempo después, en 1977, cuando la oferta era ya una anécdota, el intérprete de “La nave del olvido” se presentaba en el centro nocturno Flamingos, de Tijuana. Sinatra estaba presenta y lo vio desde un lugar privado. Le dejó un mensaje con el dueño del club. “Dice que si sigues cantando así, te vas a lastimar, que tienes que vocalizar”, no intercambiaron palabras, solo recibió el mensaje.
Por fin se vieron en persona, según el libro. Fue a principios de los años 80, cuando el cantante de El triste acudió a una fiesta en casa de Sinatra en Los Ángeles, allí cantó “Misty” de Errol Garner. El intérprete de “Come fly with me” le aplaudió y le dijo:
“No te olvides de que triunfar es muy bello, pero tiene un precio alto. Yo, por ejemplo, siempre estoy encerrado, no puedo ir al cine ni al súper, eso duele, aunque tiene sus compensaciones. Nunca dejes de ser José José, el que va al cine con sus hijos y lleva a su mamá de compras”.
A lo largo del libro Esta es mi vida, José José nos cuenta las anécdotas que marcaron su existencia, sus alegrías y felicidades y las consecuencias del alcoholismo en su vida. Sin duda es una enseñanza de lo que puede pasar con un gran talento y las amenazas que lo acechan.
En portada: Milenio
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