No importa el motivo, te encuentras sentado frente a una ventana o en una terraza, sabes que en siete minutos comenzará a salir el sol y no has dormido nada. El cielo pasa de negro profundo a azul intenso, morado, rosa, naranja, amarillo… Necesitas algo que guarde por siempre los recuerdos borrosos de esa noche. Prendes un cigarro para regular la respiración agitada. Empiezas con un respiro profundo que hace que tus manos tiemblen. Sin darte cuenta ya suena “Polar” de Júbella, la melodía va creciendo poco a poco.
Sientes un vacío en el estómago después del solo de guitarra, pero lo dejas continuar, hasta que se funde con los sintetizadores olvidados con los que inicia “Waves”. La letra te confunde, pero seguro tienes a alguien a quien cantársela con mucha fuerza mientras acompañas los primeros rayos de sol.
Con el tono rosado de la mañana llega “Threshold”, una canción desconocida, rara, no sabes qué esperar pero dejas que siga; va creciendo, tanto como las ganas de llamarle a tu primer amor, o a tu último amor.
La canción explota entre guitarras y sintetizadores, sólo tuviste fuerza para cerrar los ojos y olvidarte de dónde estabas. Tu mente regresa y contrasta con las guitarras suaves del final. Durante casi cinco minutos recorriste recuerdos y sentimientos que transformaron tu mundo en un lugar hermoso. Abres los ojos sólo para ver a las nubes con el tecnicolor al máximo, dándote los buenos días.
Tienes que regresar a donde estabas. Sabes que estás a punto de caer rendido y la aparente monotonía del inicio de “Dark Field” te invita a observar las pequeñas cosas que nunca aprecias. Sólo esperas una frase para irte a dormir, la canción crea una atmósfera, la voz suena desesperada y esa frase nunca llega, pero te sientes diferente, atraído por la melodía y tus pensamientos en un ciclo infinito.
Con un EP homónimo de tan sólo cuatro canciones, Júbella busca transmitir emociones y no situaciones específicas (como una clásica canción de amor o desamor); experiencias que van más allá de los sentidos e imágenes que sólo podamos ver con la mente.
Este proyecto musical de la Ciudad de México fusiona el indie pop con el post punk y el new wave, creando un “género” algo raro y diverso. Su eje principal es evocar recuerdos y estados mentales por medio de notas suaves y sintetizadores etéreos.
Este miniálbum proyecta un sonido agradable, introspectivo y lleno de texturas. Todo el material fue grabado y mezclado en Maquiladora Studio por Jorge Aja y masterizado en Grey Market Studio por Harris Newman.
Puedes encontrar las canciones de Júbella en iTunes, Google Play, Spotify, Amazon, Deezer, Apple Music y en casi todas las tiendas digitales. Puedes oír más de su música en Spotify y seguirlos en Facebook para estar más al tanto del proyecto. ¡Hasta la próxima madrugada!
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Siempre hay tiempo para descubrir más música de la que se hace en el circuito mainstream, pues desde la autogestión y la independencia, tanto comercial como creativa, nacen buenos proyectos. De ahí SONOMA, un experimento sonoro que mezcla trip-hop, jazz, electro y música atmosférica.