Canciones pegadizas, grupos numerosos y coreografías perfectas definen al k-pop, el fenómeno que cada día gana más popularidad en Occidente, pero, ¿te has preguntado cómo funciona la industria musical más grande de Asia?
La hallyu, o mejor conocida como “Ola coreana’’, fue el momento en que esta música comenzó a penetrar en América y Europa, miles de discos vendidos y conciertos agotados, la música coreana ha llegado para quedarse, pero a diferencia de lo que muchos pueden pensar, este negocio se maneja de una manera completamente diferente a la que conocemos. En nuestro lado del mundo el trabajo de las compañías discográficas se limita a producir y vender discos, pero en algunas ocasiones, no siempre, a dar asesorías de imagen a sus artistas. En el mundo del k-pop los artistas son conocidos como idols y las compañías se encargan de todo, desde la promoción hasta los compromisos en la agenda, y el proceso de reclutamiento es un tanto complejo.
Existen diversas maneras en las que se puede ingresar a las compañías, la más común es mediante audiciones abiertas que realizan periódicamente las numerosas empresas que se encuentran activas, pero también pueden ser reclutados por street caster (cazatalentos) que les piden a los jóvenes atractivos que ven por las calles presentarse al casting y otra opción es participar en un reality show. Para ser admitidos sólo tienen que saber cantar o rapear y tener nociones de baile, no hace falta que sus habilidades sean perfectas, ya que a partir de ese momento se convierten en trainees.
Un trainee es un aspirante a idol, y como su nombre lo indica está en una fase de entrenamiento, que puede durar desde unos pocos meses hasta muchos años. Durante este periodo reciben clases de baile, canto, idiomas, actuación, manejo ante medios de comunicación y, si hace falta, se les realizan retoques estéticos, por eso, las compañías prefieren contratar a adolescentes, para explotar al máximo su potencial aunque no se niegan a trabajar con los que están cerca o sobre los 20. Mientras se preparan, la compañía decide si pueden encajar en su próximo proyecto, ya sea de solista o comúnmente en un grupo; una vez escogidos los hacen vivir juntos para que se acostumbren a la que se convertirá en su nueva familia. Cuando los consideran listos por fin harán su debut con un video musical y un sencillo. Ser un trainee no es una tarea para nada fácil, se necesita dedicación y mucha práctica, aún así hay quienes se quedan en el camino y nunca llegan a pisar un escenario.
Si la fase de entrenamiento parece dura la vida de un idol lo es aún más, en Corea debutan por lo menos seis grupos al mes y al ser un mercado tan competitivo muchos no pasan del primer sencillo. De igual manera, la vida no es color de rosa para los que sí logran el éxito a diferencia de lo que muchos pueden pensar los idols no son millonarios, sino todo lo contrario. Durante su periodo de trainee y los primeros meses en los que todavía no son tan conocidos la compañía corre con los gastos, ellos se hacen cargo de su estadía, alimento, viajes y vestuario, pero por mucho que intenten ahorrar al vivir en lugares pequeños y con pocas comodidades esto les genera una deuda que deben pagar a lo largo de su carrera. Las ganancias no las recibe el grupo directamente, sino que la compañía las divide en un 70-30, de ese 30 % se descuenta la deuda y hasta que no quede saldada los artistas reciben un sueldo, luego que terminan de pagar sólo pueden acceder a una pequeña parte de sus ganancias, que deben dividir con los integrantes de su grupo, algunos de hasta 13.
Los idols son ejemplos para la sociedad por lo que su conducta debe ser intachable, raramente verás a uno como protagonista de un escándalo; de serlo, eso significa el fin de su carrera. Las compañías se encargan de cada aspecto de la vida de sus representados, llegan tanto al extremo que la mayoría les prohíbe tener relaciones sentimentales. Organizan los eventos a los que asistirán, los hacen presentarse días seguidos en festivales y programas de competición muy comunes en Corea; además de las sesiones de ensayo de hasta 15 horas que tienen. No es muy frecuente, pero sólo unos pocos artistas han denunciado a sus compañías por trato esclavizante alegando que los hacen trabajar incluso cuando están enfermos.
El k-pop no es un tipo de música, en realidad abarca muchos géneros, además del pop, como el rock y el jazz. Se le llama k-pop a todo lo que engloba, ya que no se limita sólo a la música, sino que se trata de un estilo; la apariencia es casi tan importante como las canciones y la coreografía. Cabellos con colores llamativos, lentes de contacto y ropa extravagante conforman la imagen de un idol, con cada nuevo álbum los grupos adoptan un nuevo rol, los que en su debut fueron chicos malos ahora pueden ser jóvenes apasionados con un toque sexy; estos cambios lejos de generar descontento entre los fanáticos, son esperados con ansias, pues la industria juega con la incertidumbre para mantener al público atento.
Desde sus inicios y a principios de este siglo todos los grupos siguen la misma fórmula del éxito, cada integrante tiene un rol marcado y es muy raro que se salgan de él, siempre está el líder, el cantante y el bailarín principal, la dance line —conformada por los mejores bailarines que siempre están al frente en las coreografías—, la rap line y la vocal line, así como los visuals, los más apuestos que representan la imagen del grupo, aunque este papel ha desaparecido con el tiempo.
Tanto las compañías como los idols tienen muy claro que los fanáticos son los únicos responsables de su éxito, por ello, procuran mantenerlos lo más contentos que sea posible, la mayoría son muy activos en sus redes y sacan música nueva a menudo, literal, se convierten en una máquina que no para nunca.
El k-pop se puede describir como la industria en la que la publicidad está por encima de lo musical. Lucrativa y potente, significa mucho para la economía surcoreana, pero, ¿vale la pena pagar un precio tan alto para alcanzar el éxito? Quizá para nosotros todo esto suene un poco descabellado, pero en Asia los conceptos de trabajo, lealtad y familia están sumamente marcados, por eso, para ellos la forma en la que se conducen estas compañías es normal; para ser sinceros no les va nada mal, quizá su reciente expansión a otros continentes nos ayude a entender un poco más su cultura.
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Asia es tan grande que alberga distintas culturas, aunque muchas de ellas tienen similitudes; sin embargo, casi nadie habla sobre los testimonios de la violencia y desgarradora vida que experimentan los habitantes de Corea del Norte…