“No es lo suficientemente bueno”, le dijo Morrissey al director de Rough Trade Records antes de publicar su álbum debut “The Smiths” en 1984. La oración puede interpretarse como un deseo exacerbado de perfección por parte del enunciador o como un simple comentario engreído. Quizás sea un poco de todo porque como todos sabemos el líder del grupo más hipster de la historia es un hombre pedante que lleva sus gustos e intereses a un extremo absurdo.
Nos gustan las canciones de The Smiths, pero a veces resulta recalcitrante la manera en que su vocalista quiere ser un héroe de problemáticas que van más allá de la música. Un ejemplo de su último gusto retorcido es su vínculo con la organización internacional animalista People for the Ethica Treatment of Animals (PETA) para lanzar un videojuego que consiste en salvar animales.
El juego, construido a partir de una estética retro de los 80, se llama “Esta hermosa criatura no debe morir” donde se deben salvar gallinas, vacas, cerdos y pavos de una despiadada cierra eléctrica mientras suena ‘Meat Is Murder’ reversionada en 8 bits. Según Morrissey “es la cruzada social más grande de todas, la cual nos permite proteger a los débiles e indefensos de la violenta agresión humana. Esto no lo obtienes en Pokémon Go”.
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La causa de Morrissey no es el problema, pues es cierto que los animales padecen cientos de vejaciones en vida para alimentar al humano, pero la integración del discurso vegano al rock resulta absurda. Históricamente el género buscó destruir los valores sociales y culturales del sistema. Murieron cientos de jóvenes por defender la libertad y la libre expresión. Se buscó la soberanía del espíritu humano y debe respetarse como tal.
‘Meat Is Murder’ perdió el verdadero sentido de la lucha y terminó siendo una canción que es todo menos rock.
Ésta es una de las posibles razones por las que Morrissey está parado sobre la línea que divide el amor del odio y ha hecho enojar a miles de personas. Entre ellas se encuentra Simon Wolstencroft, el primer baterista del grupo, quien decidió abandonar el proyecto antes de estrenarse el primer álbum porque el cantante comenzó a tergiversar el objetivo lírico de The Smiths.
Simon dijo: Gracias, pero no, Johnny. La música ya no era sobre funk; eran canciones sobre los asesinatos de los páramos y eso no era para mí”. Fue así como el joven baterista abandonó el sueño y con su partida se fue la ilusión de crear música funk… ¿Qué? ¿The Smiths tocaba funk?
En 1982 existió una banda predecesora a The Smiths. Se llamaba Freak Party y tocaba funk puro. En ese entonces aún no llegaba Morrissey pero sí estaba Simon Wolstencroft, Johny Marr y Andy Rourke. Sus influencias eran Parliament y Funkadelic. El anhelo de hacer música para bailar terminó cuando el chico amante de Oscar Wilde impuso las temáticas veganas.
[Escucha las canciones de The Smiths para soñar que alguien te amó]
A 34 años de la separación de Wolstencroft de la banda, el exbaterista encontró un casette que contiene la única muestra de lo que fue Freak Party. Las canciones que ahí se encuentran son ‘Firefly’ y ‘Don’t Push Your Luck’. Por su parte Simon comentó que lanzará 500 copias del demo bajo su propio sello discográfico Funky Si Records y espera ganar algo de todo lo que perdió al abandonar The Smiths. A continuación puedes escuchar un extracto del track.
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El descubrimiento nos cuenta más sobre la historia de una de las bandas indie más importantes de la historia. Tal vez fue una buena idea dejar a un lado los ritmos de funk, de lo contrario no tendríamos grandes himnos de la música. El problema con el que debemos seguir lidiando tiene un nombre: Morrissey.