“Don’t bother saying you’re sorry
Why don’t you come in?
Smoke all my cigarettes again”
‘Like a Friend’ – Pulp
¿Cómo es posible que después de diez años sigas viviendo entre dimensiones extrañas de mis ojos?
¿Por qué cada vez que reproduzco esa canción regreso al momento inicial cuando tomé tu mano? ¿Recuerdas? ‘Like a friend’ sonaba en el estéreo, me miraste a los ojos e imitaste los torpes movimientos del vocalista de Pulp. Me reí por ver tus lentes gruesos tambalearse –prueba que eras un fanático– y supe que tenía que pasar tiempo contigo. Me creí la Chloe Sevigny de un Jarvis Cocker cuando escribía esa canción.
¿Recuerdas también cuando te terminé por primera vez? Nunca debí hacer eso. Pusiste esa canción y las lágrimas aparecieron para recorrer hasta mi pecho. Bailaste de nuevo, reí y te odié. Me habías engañado y te había confesado mi amorío. No te importó y seguiste bailando.
Era 2010. Te abracé, te acepté de vuelta y te prometí que si Pulp volvía a tocar, iríamos juntos para danzar en una histeria incomparable.
Y llegó la noticia dos años después. Cumplimos 4 años juntos y Jarvis Cocker y compañía volverían a los escenarios. Estábamos listos. Era Coachella. No existía mejor escenario para recibir aquella canción que nos marcó desde un inicio. “¿Crees que la toquen?” me dijiste incrédulo. “No viene en ningún disco”, sonreí. “No te burles. Ni siquiera fue un sencillo”. Extraño tu torpeza, tu simpleza, tu ignorancia. “No creo que la toquen”. Oculté una carcajada porque yo recordaba algo que tú no.
“He hecho esto antes y lo haría otra vez. Ven y mátame, querido”. A los pocos meses de que regresamos te quedaste dormido en mi sala mientras yo veía televisión. Estabas recostado encima del control, así que no le pude cambiar el canal a una película que estaba transmitiéndose en el canal 123. “Grandes Esperanzas” de Alfonso Cuarón estaba en la TV. La historia era la clásica de Charles Dickens pero adaptada a nuestros tiempos, los que nos apoderamos con nuestro amor. Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow protagonizaban y aunque en un punto sentí caer dormida, sonó la canción. La voz de Jarvis inundó la pantalla y casi me suelto a llorar. Canté en silencio mientras te miraba respirar lentamente y deseé que nunca te fueras.
Pero lo hiciste. Un día te levantaste, dijiste que no me podías decir por qué te ibas y te retiraste por esa puerta verde. Y de vez en cuando reproduzco la canción con la esperanza que tenga el mismo efecto en ti como el que alguna vez causó dentro de mi mente. Eres algo que nunca debí haber hecho. Eres los secretos en la primera plana cada semana. Eres el auto que jamás debí comprar. Esa fiesta que me hace sentir mi edad. Como un choque que puedo ver pero no puedo evitar. Como un avión que se me dijo que nunca debí abordar.
Todos gritamos las palabras en ese escenario. Una canción que parecía sin importancia fue vista por millones de personas en esa película y la recordaron con más amor del que alguna vez pude pregonar por ti.
Las palabras de la canción se quedan grabadas en mi mente y dan una vuelta tras otra. Parece una pesadilla pero a la vez es un placer. Quiero estar contigo, quiero regresar, pero no te puedo querer tanto como lo deseas. No estaré todo el tiempo para ti, no te tomaré de la mano todo el tiempo, no te despertaré cuando salga nuestra canción en la televisión y probablemente tampoco cuando mueras. Quiero escuchar esta canción hasta que lo entiendas y me tomes otra vez.
Perdóname por no poder quererte más. Por no poder darte lo que necesitabas. Pero te dejaría fumar todos mis cigarrillos de nuevo, invadir mis sueños, robarte mis secretos, poseer mi cuerpo y hacerme llorar una y otra vez si quieres. Porque por más que finjamos ser amigos, no lo somos. No podemos hacerlo. Y tienes suerte de creer que los somos. Ahora que entiendo a Jarvis lo imagino frente a Chloe, bailando con torpeza, como yo me muevo durante los días, lenta, seca y con los ojos cansados. Porque aunque ‘Like a friend’ esté tan cerca, tú ya no lo estás.
Fotografías de:
Mau Chalard
Mehran Djojan
Platini Dreams
