Si hay algún personaje reconocido en el mundo del corrido es el sinaloense Chalino Sánchez, ícono del género que alcanzó la fama en los años 80. Nacido en un rancho cercano a Culiacán, capital del estado, Sánchez escribía canciones por encargo; es decir, a solicitud de capos o de personajes involucrados en el narcotráfico. Las viscerales narraciones del compositor sinaloense hablaban por sí mismas, muchas veces desdibujando los límites entre la realidad y la ficción. Hablaban de un hombre valeroso, que se las ingenió y que llegó a convertirse en leyenda dentro del mundo del crimen organizado. Conoce la historia detrás de las mejores canciones de Chalino Sánchez, el juglar del narco en los 80.
Sus canciones narraban cómo era pasar de ser un hombre común y corriente, probablemente de rancho, a convertirse en un personaje legendario, un héroe, inmortal. En los corridos de Chalino Sánchez se mencionan el lugar de origen, ocupación, apodo, lugar de residencia, entre otras cosas, de estos hombres. Uno de los principales objetivos de los corridos de Chalino Sánchez es describir lo que ha llevado al mencionado a merecer aquel corrido, todo esto con la firme convicción de continuar glorificando a estos bandidos buenos que viven al margen de la ley.
La valentía, la lealtad, la adrenalina, el gozo de la vida y el rechazo de la muerte forman parte fundamental en las narraciones del narcocorrido. Este discurso, tomado por Chalino, es escencial para comprender la novelización y la caracterización heroica de las composiciones. Menciona Luis Astorga al respecto: “Otra forma de reproducción, indirecta pero no menos importante aunque no tan consciente como las anteriores, se manifiesta en el terreno de lo simbólico, en los corridos como expresión particular de su cultura, o de su estado de barbarie si se considera la cultura dominante como la cultura. Allí se refleja parte de su historia real y también parte de su propia mitología”.
Rosalino Sánchez nació en Sanalona, unos 33 kilometros al este de Culiacán. A muy temprana edad, Chalino presenció la violación de su hermana, por lo que unos años más tarde, aprovechando que se encontró con el abusador en una fiesta, lo mató a balazos. Así, tuvo que emigrar ilegalmente a Estados Unidos, donde tuvo algunos trabajos mal pagados. Además de esos trabajos, también ayudaba a su hermano Armando a contrabandear drogas en la frontera, hasta que a éste lo mataron a tiros en 1984. Por ese tiempo fue que el sinaloense tuvo problemas con la ley y cayó unos meses en la cárcel, lugar en el cual su potencial creativo tuvo sus primeros albores.
El historiador musical estadounidense Elijah Wald, interesado en la obra del mexicano, comenta lo siguiente de su etapa en la cárcel:
“Escribió canciones sobre otros presos, vendiéndoles por dinero o por favores composiciones que ellos protagonizaban. Tenía facilidad innata para escribir canciones. Cuando lo soltaron de la cárcel ya estaba en demanda entre los narcotraficantes de poca monta y los hombres duros de Baja California y el sur de California. Escribía a sueldo, tipo reportero musical para toda persona que pudiera pagar. En este mundo en el cual no cunde el alfabetismo, los corridos no se leen, se escuchan, y los clientes de Chalino no querían ver la letra impresa sino que querían un cassette con su corrido cantado por una banda. Él no se consideraba cantante, así que se contrató a un grupo de músicos norteños, Los Cuatro del Norte, para grabar su primer lote de productos comerciales”.
A partir de este momento comenzó a ganar fama, tanto en California como en Sinaloa y la zona fronteriza. Su estilo desaliñado contribuía para lograr la construcción vivida que tanto se anhelaba en sus corridos. Un mundo sin imperfecciones en el que no se le tiene miedo a la muerte, sin importar de qué lado de la ley se está. Pero no todo podía ser miel sobre hojuelas para el rey del corrido. Fue así como tras una presentación en el salón Bugambilias de Culiacán —en el que fue amenazado con una nota que le fue llevada al escenario—, fue interceptado por un comando y ultimado a tiros. Las razones de su muerte permanecen desconocidas.
De esta forma, Chalino Sánchez logró construir a través de sus narraciones un mundo ficcional y real al mismo tiempo, al que solamente algunos pueden pertenecer. Su estela aún permanece vigente hasta nuestros días; la canción “Nieves de enero” sigue siendo parte de la cultura de los juniors; entre las mejores canciones de Chalino Sánchez también aparecen “Alma enamorada”, “Prenda del alma” o “Baraja de oro”. Los rasgos novelescos de los personajes creados por Sánchez no buscan identificarse con una comunidad, sino destacarse dentro de ella. Son personajes que, a pesar de su nueva posición económica, no se olvidan de sus raíces y contribuyen a su comunidad por medio de alumbrados u obras públicas.
Más de 25 años después de la muerte de Chalino Sánchez, su legado sigue más vivo que nunca; incluso es probable que ahora sea más famoso que cuando vivía. Dotado de una habilidad innata como narrador, además de un estilo muy carismático de cantar y haciendo uso de la descripción, su hito mitológico sigue presente en la sierra de Sinaloa. Su figura ha adquirido un tono mítico, como el que tanto pregonaba en sus corridos. Fue narrador en primera fila de la vida llena de excesos de los grandes criminales glorificados, y emular su figura y trascendencia parece una tarea difícil para los actuales exponentes del género regional mexicano.
https://www.youtube.com/watch?v=mqnbxKUXfSg
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