Layne Staley, el cantante que murió el mismo día que Kurt Cobain

Layne Staley

Layne Staley

La generación grunge tenía muchos secretos escondidos, todos eran jóvenes melancólicos, amantes de las relaciones enfermizas y más de uno, por no decir todos, con severos problemas de adicción al alcohol y a otras drogas duras. El 5 de abril fue el día que quedó marcado en 1994 por el suicidio de Kurt Cobain, después de varios intentos fallidos —aunque muchos insistan en que Courtney tuvo algo que ver— se disparó en la cabeza con una escopeta y terminó con su vida y su carrera.

Sí, Cobain generó algunas de las canciones más emblemáticas del grunge de Seattle como “Smells Like Teen Spirit” del álbum que cualquier melómano conoce: el Nevermind. Pero hay un músico que quedó en el olvido de muchos, falleció un 5 de abril del 2002 y muy pocos lo recuerdan.

Layne Staley, una de las voces más desgarradoras y melancólicas del grunge, murió a causa de una sobredosis de heroína a los 34 años. Fue hijo de un alcohólico, vivió el divorcio de sus padres desde muy pequeño, situación que lo dejó marcado por siempre, además, fue educado en un instituto para jóvenes problema y nunca más volvió a ser el mismo.

A pesar de todo y de que quizás esa infancia difícil definiera gran parte de su personalidad y vida adulta, siempre se mantuvo cerca del arte, sobre todo de la música. La batería fue su primer amor, quería cantar y un buen día se decidió hacerlo; en 1987, a los 20 años, su primera banda se transformó en Alice in Chains.



Si ves el MTV Unplugged que grabaron en 1996, podrás ver y escuchar a un Layne que tras unas gafas oscuras y el cabello teñido de rojo transmitía melancolía pura en cada interpretación. Su personalidad, introvertida y tímida era algo que también resaltaba de toda esa generación que en su mayoría se encuentra tres metros bajo tierra.

Nirvana tuvo una importancia superior en muchos aspectos de la industria y la generación grunge, digamos que la popularizó, pero dentro de ella, otras agrupaciones tomaron sus instrumentos y al menos Alice in Chains con todo y cambios, de la misma forma que los Stone Temple Pilots, siguen vigentes.

Las letras de Staley hablaban sobre la muerte y las drogas, en ellas la guitarra de Jerry Cantrell era algo totalmente destacable, el sonido que tenían los Alice in Chains era fuerte, potente y desgarrador. Estaban un poco más alineados al heavy metal que al grunge; sin embargo, no perdían ese toque que sólo Seattle le dio a la música.

Con Mike Starr en el bajo y Sean Kinney en la batería, Alice in Chains dejó a su paso grandes discos que todo buen conocedor debería tener presentes: el álbum debut Facelit que fue seguido por Dirt y finalmente su producción homónima, estos tres con la participación de Layne Staley en la voz y las letras.

Muchos afirman que su adicción a las drogas y una relación amorosa enfermiza lo llevaron en picada hasta su muerte. Tuvo un amor, Demri Parrott fue su novia por un par de años, pero en 1994 decidió terminar con él. En ese tiempo creó al lado de Mike McCready –guitarrista de Pearl Jam– una banda llamada Mad Season, con la que grabaron un sólo álbum y en la canción “Lifeless Dead” puedes escuchar todo el dolor que le causó su partida.

Todo empeoró cuando Demri murió en 1996, entonces, desamor y una personalidad melancólica no pueden ir de la mano de heroína y grunge, eso siempre ha dado malos resultados. El continuó con su carrera pero cada vez peor, al inicio del nuevo milenio, cuatro años después de este hecho, Staley se veía demacrado y a inicios de 2002 pesaba al rededor de 45 kilos, estaba pálido y según algunos tenía muy presente que estaba demasiado cerca de la muerte.

Seguramente hoy ya has leído demasiado sobre Kurt, que su hija Frances es instagramer o que Courtney Love sigue dando de que hablar, pero voces como la de Layne se siguen extrañando actualmente, en tiempos donde cada vez hay menos rock y calidad vocal como la que él tenía.

Te dejamos el MTV Unplugged, uno de los mejores de esta categoría realizado por Alice in Chains en 1996, con la voz de Layne Staley que para muchos es la voz más desgarradora del grunge.

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