Un catador de quesos que está conquistando YouTube dice lo siguiente: «Todo esto lo hago por los likes». Ese comentario sinvergüenza representa el egoísmo de los medios de comunicación y las personas que trabajan en ellos. En ese afán de acaparar la atención, páginas de Internet comparten información de dudosa procedencia que terminan por alterar la sensible consciencia de la audiencia. En cambio nosotros, un medio serio y preocupados por nuestra comunidad, verificamos cada conjetura, postulado y teoría que flota en la deep web para que el adolescente de 16 años que lee el artículo “Canciones con poderes mágicos” encuentre una solución a todos sus problemas.
Dejando claro que la literatura aquí presente es de calidad, te vamos a explicar aquello que a simple vista parece imposible. La información que leerás a continuación parte de una investigación de un grupo de científicos que se preguntaron: ¿por qué hay música de mierda que nos gusta? Haciendo una traducción puntual y nada tendenciosa de esta interrogantes, nosotros expresamos: ¿Por qué canciones como “Nuevo amanecer” de La Tigresa del Oriente le puede llegar a gustar a algunas personas?
https://www.youtube.com/watch?v=f5UcgTuvCmU
No, no son los encantos de Juana Judith Bustos Ahuite que tienen un efecto hipnotizante; tampoco la voz chirriante y desgarrada que repite una y otra vez el coro: «Siempre hay un nuevo amanecer mientras dios te da vida y salud, aprovecha para ser feliz». El verdadero gancho es lo pegajoso de la melodía y el número de veces que las personas han escuchado el tema.
Estos fueron los resultados de la investigación, la cual se le aplicó a un grupo de personas que escucharon un listado de 30 canciones durante tiempos prolongados. Había canciones de todo tipo de género y estilo, entre ellas se encontraban composiciones extrañas como la de la Tigresa. El estudio publicado en la revista científica Psychology of Aesthetics, Creativity and the Arts reveló que no importa que sea una canción mala, sólo necesita que tenga un tempo más acelerado y contenga una melodía fácil de recodar que tenga subidas y bajadas.
Por su parte, el científico Kelly Jakubowski señaló que un ejemplo de melodía común y repeticiones inusuales puede ser “Smoke On The Water” de Deep Purple y el estribillo de “Bad Romance” de Lady Gaga. Como resultado, la música se graba en la mente de los escuchas. A este efecto los investigadores lo llaman la “imaginería musical involuntaria” (IMI) y se trata de “la experiencia de recordar y repetir espontáneamente una melodía dentro de la mente”.
“Ya sabemos que la exposición reciente y frecuente a una canción la hace más susceptible de quedarse pegada en la cabeza y que la gente que canta y escucha música con mucha frecuencia tiende a tener melodías sujetas en la memoria más a menudo que el resto”, afirmó. “También sabemos que, independientemente del éxito en las listas de una canción, existen determinadas características de la melodía que la hacen más susceptible de ser pegadiza, como una especie de salvapantallas musical privado”, aseguró Jakubowski.
Lo malo, para quienes son presa del IMI es que tendrán que lidiar con la canción en su inconsciente. ¿Qué otras canciones se graba en tu mente aunque sea un mal tema?
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