La banda que pudo ser más grande que Caifanes pero la vanidad la destruyó

La banda que pudo ser más grande que Caifanes pero la vanidad la destruyó

La banda que pudo ser más grande que Caifanes pero la vanidad la destruyó

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Cada cierto tiempo surge una banda que rompe con los estándares de la época, defendiendo un estilo propio y su peculiar forma de hacer música. A veces, el grupo está avanzado a su tiempo al grado de que sus canciones no son comprendidas por el público inmediato y terminan por disiparse entre un mar de propuestas homogéneas. En cambio, cuando el destino está de su lado, la agrupación libera el inconsciente de las persona que los escuchan, son entendidos y honrados por sus habilidades.

Esto pasó, por ejemplo, con la banda mexicana Caifanes, que en la década de los 80 inauguró una nueva época en la música. A pesar de su estilo sombrío y de contar con temáticas siniestras y de ocultismo (escúchese “Perdí mi ojo de venado”), el público los aceptó y comenzó a seguirlos; en un par de años, la banda liderada por Saúl Hernández se convirtió en una referencia dentro de la escena nacional.

¿Qué otra banda tenía el potencial para marcar la diferencia en su época pero falló en el intento? Para dar con la respuesta hay que regresar 13 años en la historia, cuando en México comenzaban a salir las primeras bandas independientes. Entre las nuevas propuestas se encontraba una que se distinguió por experimentar con los sonidos, efectos y tonos vocales, creando piezas elegantes que iban más allá de riffs potentes.

En 2005, Porter lanzó el EP Donde los ponys pastan y creó un himno con “Espiral”. Juan Son, conocido en ese entonces como Musgo, era el frontman que destacaba entre todas las bandas indie. Ya sea por un traje de helado, una playera de Bob Esponja o una capa que emulaba la piel de un oso, Juan siempre era el centro de atención. Por si fuera poco, en el impacto visual este músico también sorprendía por su increíble voz, que se compara con un susurro de fantasía sacado de algún cuento.

Cuando salió Atemahawke —quizá—, Porter se convirtió en una de las bandas más propositivas en México. ¿Por qué murió de golpe el pony al poco tiempo? Nadie supo qué pasó en realidad; hubo especulaciones sobre roces internos o que a Juan se le había subido la fama.

Un día observé un video en YouTube en el que Juan se preguntaba sobre “la verdadera voz”. El tono trémulo y dubitativo de sus palabras podría significar un malestar, una confusión en su alma. Al ver otros videos de la misma línea corroboré que uno de nuestros vocalistas favoritos estaba en un proceso de búsqueda y reconocimiento del ‘yo’ en el mundo. Había caído en esa espiral de repetición absurda que impide el movimiento lineal hacia arriba.

Es importante aclarar que Porter, el que se formó con Juan, murió; sin embargo, la banda se reformó y continuó su carrera con nuevos ideales, deseos y objetivos. ¿Qué hubiera pasado si Juan nunca hubiera abandonado la banda? Es posible que se hubiera trascendido al grado de inmortalizarse como una referencia de música nacional.

Este artículo fue publicado por Alonso Martínes el 14 de enero de 2018 y ha sido editado y actualizado

En portada: Periódico AM

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