Escuchas un verso acompañado de una melodía que lleva tu nombre, quizá no textual, pero sabes que entre líneas está tu imagen. Cada palabra es un suspiro, un gesto y un beso que él te dedica; eres la inspiración que le da vida cuando siente que algo dentro de él muere. Eres capaz de elevar sus fantasías y de darle el último aliento, pero también eres la única persona que puede hacerlo sufrir, sumirse en un mar de tristeza del que salir le cueste incluso la vida. Podrías hasta lastimarlo sin moverte, él es vulnerable a ti.
Pero, ¿qué consecuencias puede traerte ser la musa de un artista que sólo quiere develar lo que le haces sentir frente a un micrófono, junto a su guitarra y una banda? El infinito desprecio de los seguidores, el odio del resto de la banda y el peso de cargar con todas la culpas. No es fácil andar por la vida siendo la pareja de un personaje que pretende cambiar el mundo.
¿Por qué síndrome de Yoko Ono? Porque pagar el precio de ser la musa de un músico aclamado que podría tener miles de inspiraciones y ha elegido sólo a una, a alguien que lo hace flaquear, gritar, reír y llorar es un tema difícil de digerir. Alguien que inspira y emociona no puede pasar desapercibida.
Al tener finales tan trágicos, necesitamos encontrar un culpable. Alguien que le de sentido a la pérdida. Entonces, ¿por qué no culpar a los más cercanos? Un amigo, jamás funcionaría, un familiar, menos… ¡Eureka!, una pareja, esa que los fans odiaron por verlas en las fotos, por verlas en lo autobuses de gira y cerca de ellos. La gente y la prensa busca una criatura maligna que sin querer recae en una mujer.
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La Quinta Beatle
Pensemos en Yoko Ono y su reinado dentro de un cuarteto en donde no había cabida para nadie más. Sin embargo, ella puso todo su empeño en ser la quinta persona en opinar y pertenecer a la banda más clamada el mundo. The Beatles le dio la oportunidad de estar detrás de John Lennon, como una sombra que podía ayudarlo a encontrar errores y aciertos pero poco a poco se convirtió en el cáncer que los llevaría a desaparecer como banda. Cortó la esencia y la transformó en algo ilegible, ya no eran el cuarteto de Liverpool que conquistó al mundo con sus cortes de cabello rebeldes, los tajes grises y la sonrisa ilusionada. Se habían convertido en una banda básica, pero no relevante.
Tal vez, esto no es ni siquiera una versión cercana de lo que ocurrió realmente, pero es el precio que le tocó a Yoko pagar por ser la musa de uno de los músicos más talentosos que el mundo ha visto. Yoko no fue la culpable de la separación de la banda, según el biógrafo de Lennon. El grupo ya estaba roto cuando ella llegó, de hecho su acercamiento con la banda no fue como cualquier otra chica Beatle, luego de un concierto gritando por ellos. Fue de manera diferente en 1966, cuando se toparon frente a frente en Indica Gallery y el amor los flechó. Ella ya había pasado por dos matrimonios fallidos y tenía dos hijos. Lennon la acogió con amor.
«Yoko es mi diosa del amor, ella llena mi vida»
Al morir Lennon, ella sabía que Lennon el músico había tenido una buena vida a su lado. La apoyó siempre en su carrera y ella le aportaba mucho de lo que Lennon le dio a The Beatles. Aunque pudiera parecer una “controladora” era muy liberal, de hecho. Para ella el sexo era solo sexo, por lo que las groupies no estaban del todo prohibidas, lo que nunca vieron con buenos ojos las otras esposas de los músicos.
Al final, la banda estaba deshecha, pero no era Yoko la culpable. Tanto la prensa como los fanáticos esperan encontrar culpables y nadie fue capaz de admitir que el cuarteto de Liverpool estaba desapareciendo lentamente desde mucho tiempo atrás. Los egos, el talento, la forma de vida tan peculiar, todo les afectaba. Se conocían desde la secundaria, ¿Cómo no iban a sentirse repelentes uno con el otro? Habían llegado a un punto en el que no podían convivir más por sus egos, que por la propia Yoko Ono. No obstante, ella solía tener cierta influencia y presencia en la identidad de John Lennon. Ella era la única musa verdadera. Esa a la que Lennon le fue fiel, no físicamente, pero sí espiritualmente y para dos almas tan místicas como lo eran ellos, no había nada más importante.
La reina de la heroína
«Lo que quieren son héroes muertos, como Sid Vicious y James Dean. A mí no me interesa ser un héroe muerto… Así que olvídalo, olvídalo».
Esto dijo John Lennon días antes morir. Irónicamente, terminó siendo uno de los héroes más queridos y respetados por el mundo en general. Al igual que Sid Vicious, concluyó su vida de manera accidental para pasar a la posteridad como un músico de gran valía, talento y vida atormentadas. A Lennon lo acompañaba Yoko, a Vicious, Nancy Spungen, una adicta, fanática de la destrucción y por la que Sid, perdió la vida, los amigos y la dignidad.
Tal vez, Nancy le apuntó con un arma o le amenazó de muerte… o tal vez no. Eran dos almas libres que se en encontraron en el camino y decidieron atarse para tener una relación más que tormentosa que los llevaría a la ruina y a que Sid Vicious cometiera el acto punk más importante en la historia de este movimiento. Algo que nadie esperaría y que se convertiría en una de las características del músico y de la pareja en general: suicidio.
Contrario a Yoko, Nancy no llegó a Sex Pistols a aportar algo. Más bien llegó a divertirse. Ya tenía una carrera de groupie con la que había recorrido algunos escenarios como el de Aerosmith, The New York Dolls y The Ramones. Con Sid pretendía pasar un buen rato, pero terminó enamorándose de él y él de ella. No tenían ni 20 años y ya habían experimentado una gran cantidad de vivencias que incluían cárcel y autodestrucción.
Se dice que luego de cada show, Nancy y Sid se encerraban por horas en los hoteles, camerinos o se tumbaban en las aceras a consumir cuanta droga tuvieran a su disposición. Sobredosis y múltiples infecciones invadieron el cuerpo de los adolescentes. Él la sumergía cada vez más en las drogas y ella se dejaba llevar por el amor que le tenía. Nunca fue querida y por primera vez se sentía amada. Entonces, permitía toda clase de abusos hacia su persona. Vicious la apuñaló y ella, cegada por las drogas, no se inmutó. Por el contrario, permitió dejar la vida por ver una sonrisa en el hombre que le había dado protección y cariño.
Tres meses después, Vicious murió supuestamente de una sobredosis, que según reportes nuevos, fue causada por su propia madre quien también era víctima de las adicciones. Al final de cuentas, Sex Pistols, sólo sacó un disco y luego vino la inminente separación que le adjudicaron a Nancy, no por haber influido como Yoko con Lennon, sino por haberse dejado envolver por Vicious y al mismo tiempo envolverlo. Vivían un círculo vicioso que no les permitió avanzar. Desafortunadamente, sin Sid, no había Sex Pistols. A los 21, ya era una buena y redituable imagen para vender camisetas, pero no más.
El punk y el grunge no se deberían mezclar
«En cierta forma. Estamos inmersos en una especie de experimento. ¿La familia puede ser inspiración para hacer arte, en vez de beber o drogarse o lo que sea? Estoy interesado en investigarlo.»
Kurt Cobain le daba la razón a Lennon con esa frase puesto que a pesar de tener mujeres para elegir, amaba únicamente a una: Courtney Love, la vocal de Hole. Juntos procrearon a una niña que crecería bajo el constante acoso del lente de una cámara, pero a pesar de todo logró salir adelante con una carrera como artista que le ha dejado buenas críticas. Sus padres, conquistaron al mundo musical siendo una de las parejas más escandalosas e inestables y aún así, se ha logrado despegar de la sombra de la pareja.
En el documental “Kurt Cobain: Montage of Heck”, Courtney le pregunta a Kurt porqué la ven cómo la “mala” y él responde: «Porque sé cómo utilizar mis encantos.» Probablemente era verdad. Quizá no hay malos ni buenos, quizá en la historia de amor de Kurt y Courtney no hay ni siquiera un punto medio.
Nirvana alcanzaba un gran éxito con su rabia post adolescente y el mundo parecía estar de acuerdo con ellos; entre ese mundo, estaba Courtney Love quien sostuvo al líder del movimiento grunge cada que flaqueaba. Le dio voz a una generación de mujeres que demostró que el amor no está peleado con el feminismo. A pesar de todo, cada que la veían con él de la mano, caminando por las aceras, dejando su banda por ir a apoyar a Nirvana, la tachaban de interesada. Pero, ¿cómo no pensarlo si de pronto dejó todo lo que era por un hombre inestable, deprimido y que claramente no podía lidiar con la fama.
Ella le dio la seguridad que necesitaba par salir al escenario y cantar frente a una ola de admiradores que odiaban a su esposa. Ella lo incitó a componer, le hizo saber la calidad de artista que era e incluso le levantó la autoestima que tenía abandonada en un rincón. Courtney sabía lo que hacía, ella misma era su fan. Al igual que Yoko, no tuvo que colgarse de su esposo para sobresalir con su grupo feminista. Conoció a Kurt cuando Hole ya eran bastante populares en cierto sector; sin embargo, Nirvana creció hasta no poder más y Courtney dejó todo por formar una familia con el cantante y claro, por perseguir el sueño del músico, que a decir verdad, era el suyo también.
La fama los abrumaba y alrededor de la esposa de Cobain había rumores de todo tipo, menos de una buena persona. Había teorías obre su permanencia junto a Kurt. Se dice que el reconocimiento y el dinero fueron los principales motivos, lo cierto es que Kurt la amaba y no entendía porqué no querían a su esposa. En un concierto hizo gritar a la audiencia “We love you, Courtney” y ella se sintió en verdad amada.
Kurt se disparó el 5 de abril de 1994 dejando una nota de despedida para su esposa y su hija las cuales hasta le fecha intentan mantener el recuerdo del músico en lo más alto demostrando que no fue más que un alma atormentada, pero de gran corazón. Débil ante las drogas, la música y la vida y por ello, se la quitó. Era de esperarse que los rumores sobre Courtney Love y su culpabilidad en la muerte del cantante se hicieran cada vez más grandes. Las habladuríascrecieron luego de que ella declarara que no estaban bien juntos, de hecho, pensaban separarse y al ser ella la villana, corre la teoría que dice que con tal de seguir con las mismas comodidades y fama, lo mandó matar, fingiendo un suicidio. Sabía la magnitud de lo que este evento causaría; no obstante, desde aquel día, Courtney evita a toda costa ser inculpada y se ha dedicado a enaltecer la figura de su esposo fallecido.
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La historia es cíclica
De esta manera, tanto Yoko, como Courtney y Nancy se han convertido en los demonios de la música, las viudas negras o los fantasmas que atormentan almas. Se han vuelto acreedoras de un odio increíble, desmesurado y son culpables de crímenes que probablemente no cometieron. Para Lennon, Cobain y Vicious fueron artistas, musas o ambas, pero nunca criminales. Para el resto del mundo también fueron todo ello, no hay duda. Sin ellas no tendríamos ciertas canciones, la grandeza de cada uno de ellos se habría terminado antes, pero aceptémoslo, cuesta reconocer sus virtudes mientras cargan con la duda de la muerte. Ante eso, sólo queda culparlas.
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Conoce la importancia de Yoko Ono en voz diversos artistas, así como su legado, más allá de su famoso esposo.
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Referencias
Bazar
Imagine Peace
La Nación