Tan sólo estaba explorando los límites de la realidad. Tenia curiosidad por ver qué pasaría. Eso era todo, simple curiosidad.
— Jim Morrison
El final se acerca y nadie podrá salvarse. Los niños se volverán locos, matarán a sus padres y violarán a su madres. Aparecerá una serpiente tan grande como un estadio para devorar a los pecadores. La Iglesia caerá, las escuelas arderán en fuego y los hogares serán tragados por la tierra. La destrucción reinará mientras el amor fallece poco a poco.
Este escenario apocalíptico está descrito en ‘The End’, una de las canciones más psicodélica de The Doors. ¿Cuáles fueron los motivos para que Morrison matara a toda la raza humana y transgrediera con los valores más importantes de la vida? ¿O bajo la influencia de qué droga estaba Rey de la Roca Orgásmica?
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El convulsivo viaje espiritual y sádico de casi 12 minutos fue compuesto en 1966. Salió al mercado a principios del siguiente año tras ser grabado en una sola toma. Al inició, Morrison se inspiró en la ruptura amorosa con Mary Werbelow, aunque con el tiempo se empapó de un discurso retorcido e incestuoso. El producto final desembocó en la resurrección del mito de Edipo Rey, el ser que mató a su padre y se casó con su madre.
‘The End’ contiene un toque existencialista muy característico de la obra del genio histriónico y malogrado que caminó por el mundo con un particular estilo trágico. En 1969 el autor dijo que cada vez que oía la canción significaba algo más. “Comenzó como una simple despedida, probablemente sólo para una niña, pero también podría ser un adiós a una especie de infancia. Realmente no lo sé. Creo que es lo suficientemente compleja y universal en sus imágenes que podría ser casi cualquier cosa que quieras que sea”.
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En la autobiografía “Riders on the Storm”, el autor y baterista de The Doors, John Densmore, recuerda cuando Morrison explicó de nuevo el significado: “En un momento Jim estaba llorando y gritó en el estudio, ‘¿Alguien me entiende?’. Le dije que sí, que yo lo hacía y en ese mismo momento entramos en una larga discusión. Jim seguía diciendo que matar al padre significa desechar todo lo que nos han inculcado. Son ideas y conceptos ajenos que deben morir”. Según Morrison intimar con la madre significa “volver a la esencia, a lo que es la realidad y no la interpretación de los hechos”.
Para el psicoanálisis, el Complejo de Edipo va más allá del orden y la esencia. Es un conjunto organizado de deseos afectivos y hostiles que el infante experimenta respecto a sus padres. En su forma positiva aparece el deseo de muerte hacia el rival o progenitor del mismo sexo y deseo sexual hacia el progenitor del sexo opuesto. En su forma negativa se presenta a la inversa: amor hacia el progenitor del mismo sexo, odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto. Ambas se encuentran en la llamada forma del complejo de Edipo.
Su importancia proviene de que obliga a todos a aceptar que esta relación está limitada, regulada por una instancia prohibitiva: La ley del Incesto; ésta junto con las leyes de prohibición del Asesinato y el Canibalismo, ordenan la convivencia de la humanidad y son la base de su evolución como especie, pues ningún niño tiene la fuerza de matar a su progenitor, así que cede a las normas sociales y culturales, al respeto de sí y de los otros.
La culminación del incesto que describe Morrison significaría el ocaso de la sociedad y de todo el mundo. Explica que, la realidad como la conocemos colapsaría, resultando en un Apocalipsis. No habría prohibición por lo que sería pertinente matar al otro, a la familia.
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La década de los 60 fue un hervidero de jóvenes subversivos que buscaban la utópica libertad en contra del sistema capitalista. Las artes, y principalmente la música, se vieron empapadas por estos sentimientos. El Rey Lagarto intensificó su discurso al entrar en contacto con imágenes psicodélicas creadas con LSD y marihuana. “The End” es la descripción personal de un desenlace social y cultural, el cual puede interpretarse a través del psicoanálisis de Lacan o Freud.