Ser poeta es un talento que a pocos se les da. Escribir algo que llegue a las entrañas, que toque sus fibras tanto como para curarlas, todavía es más complicado de encontrar. La jungla de Kerala, ubicada al sur de la India tiene a su propia María Sabina. Se trata de una mujer de 75 años que cura a sus pacientes con plantas y, además, con un gran antídoto: la poesía.
Lakshmikutty es el nombre de esta anciana, aunque es llamada con cariño “Vanamuthassi”, que significa “abuela de la selva”. Humildad es la palabra perfecta para describir su forma de vida. En su memoria almacena cerca de 500 recetas que no están compiladas en ningún libro. Aunque sea esta historia la que ha trascendido en redes sociales, parte de la fama que ahora tiene esta mujer es gracias a la poesía que recita a sus pacientes cuando van a visitarla.
La forma en la que liga a la naturaleza con las palabras es prodigiosa, tanto, que muchos de los pacientes que ha sanado, provenientes de diversas partes del mundo, pueden quedarse horas charlando con ella, en busca de una cura para sus malestares.
Dicen que las grandes historias están marcadas de grandes tragedias y la de la abuela de la selva no es la excepción. Primero, después de convivir muchos años con uno de sus primos de nombre Mathan Kaani, se casó con él a los 16 años. Juntos, con un matrimonio poco convencional pero que ellos pensaban perfecto, procrearon tres hijos. Uno de ellos murió al ser atacado por un elefante salvaje, mientras que otro falleció a causa de un accidente.
A raíz de estos acontecimientos, Lakshmikutty se refugió escribiendo poemas y artículos que no sólo hablan de cómo hacerse más fuerte a través de la naturaleza, sino también describe lo hermosa que es su cultura tribal y el poder que tiene en el bosque.
El Departamento Forestal de Kerala pretende recopilar en un libro las más de 500 recetas que la memoria de esta mujer alberga, además de juntar también la mayor cantidad de poemas que ha utilizado a lo largo de su vida para que la gente que no tiene la oportunidad de viajar a la India, los tenga a la mano para sanar.
Pese al reconocimiento que se le ha dado en los últimos meses a través de darse a conocer su historia en redes sociales, la abuela de la selva quiere seguir viviendo en su humilde cabaña ubicada en Kerala.
Su sencillez y calidad humana no se han apagado a pesar de todos los acontecimientos que le han marcado de mala manera la vida. El libro no es algo que le interese mucho, confesó alguna vez. Lo que ella prefiere es poder construir un hospital para seguir atendiendo a la gente que la visita.
Aunque la globalización y la industrialización esté amenazando al mundo, en lugares como Kerala, en la India, siguen existiendo personas como la abuela de la selva que desean preservar el conocimiento tradicional por sobre todas las cosas.
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