«El Housing Choice Voucher Program es un programa del gobierno de los Estados Unidos que ayuda a las familias de bajos ingresos, a las personas de la tercera edad y a personas con discapacidad, a pagar una vivienda digna y segura en el mercado privado», así es como la página web del programa de beneficencia da la bienvenida a los usuarios. Para muchas mujeres, este programa no es ni digno y mucho menos, seguro.
Los agentes inmobiliarios y caseros se dedican, en muchos casos, a acosar a las mujeres que solicitan apoyo del programa al verlas con la necesidad de rentar una casa rápido o de conseguir una firma que les ayude a ser parte de este programa que les otorgue una vivienda.
Muchas deciden no denunciar pues no tienen otra manera de conseguir una casa y las que deciden denunciar el acoso sexual, reciben negativas de los abogados a los que consultan, pues les hacen falta pruebas para comprobar que son víctimas tanto de los caseros como de los representantes de las agencias inmobiliarias en Estados Unidos.
Khristen Sellers fue víctima de acoso sexual por parte de su casero. (Foto: BBC)
Un caso expuesto por la BBC de Londres demostró el acoso del cual son víctimas muchas mujeres en Estados Unidos. Khristen Sellers, de 29 años, decidida a encontrar una vivienda después de permanecer en prisión, necesitaba la firma de Eric Pender, un casero que representaba a la agencia Four-County, en donde hay gente que lleva esperando hasta 10 años por conseguir una casa.
Luego de cuestionarla sobre su situación sentimental, Pender metió al baño a Khristen, la tomó de la cadera y le mostró el pene. Él terminó dándole la firma que necesitaba para que ella consiguiera la vivienda, pero los episodios de abuso continuaron. «Siempre me amenazaba con no firmar la inspección si no le ofrecía algo. Decía que se lo debía», cuenta Sellers a la BBC.
Ella no tiene en dónde vivir y de eso se aprovechan los caseros y los representantes de las agencias inmobiliarias. Su caso no es el único en Estados Unidos, aunque, según la propia BBC, no hay un conteo oficial de las mujeres que son víctimas de estas situaciones.
Esta es la casa que le ofreció la inmobiliaria a Khristen Sellers. (Foto: BBC)
A pesar de que los tribunales estadounidenses reciben cientos de denuncias no sólo de abuso, sino también de acoso sexual y robos por parte de los caseros, los conteos son inexistentes debido a la influencia de las agencias inmobiliarias con los departamentos policíacos locales. Tampoco se tiene un registro de los lugares en los que más se dan estos casos y mucho menos de quiénes lo padecen y quiénes lo ejercen. La demanda de rentas de viviendas a bajo costo es tan alta, que las mujeres a las que se los ofrecen aceptan cualquier tipo de condición con tal de quedarse con la casa.
En el caso de Sellers, quien sí se animó a denunciar, los servicios legales del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos intervinieron en el juicio que ganó en contra de su acosador. Ella recibió 27 millones de dólares por parte de la inmobiliaria, misma que tuvo que cambiar de nombre para no ver dañada su reputación.
A pesar de los casos de éxito de varias denunciantes, muchas de ellas prefieren seguir guardando silencio para continuar recibiendo la ayuda que el gobierno les da para tener un lugar en dónde vivir. Aguantar el acoso sexual forma parte de estas condicionantes que toleran a cambio de una vivienda digna.
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