En el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur, la capital de Malasia, miles de personas merodean en las tiendas, sumidos en el sopor de la espera del vuelo que los alejará de sus casas o que los acercará a sus pueblos de origen. Ayer, el puerto aéreo se convirtió en el escenario de un asesinato digno de aparecer en las portadas de los diarios de nota roja: El hermano mayor de Kim Jong-un, mandatario de Corea del Norte, fue ultimado mientras observaba aparadores después de que dos mujeres le clavaran un par de jeringas.
El contenido de las jeringas no se conoce con precisión, aunque información extraoficial sugiere que algún tipo de veneno fue lo que derribó a Kim Jong-nam en pocos minutos. Medios locales y surcoreanos como la cadena de televisión TV Chosun confirmaron el deceso y aseguraron que las presuntas culpables, que podrían ser “agentes norcoreanas” se dieron a la fuga en un taxi.
Todavía no confirman las causas de su muerte; Jong-nam murió poco antes de llegar al hospital al que fue trasladado después de que las autoridades del aeropuerto lo hallaran desplomado y las autoridades de Malasia confirmaran que su vuelo del lunes por la mañana tenía destino a Macao.
De acuerdo a La Nación, Jong-nam, el heredero directo su padre, el exdictador Kim Jong-il “cayó en desgracia” en el 2001, cuando intentó ingresar con un pasaporte dominicano falso a Japón con el objetivo de visitar el parque de Dinseylandia en Tokio. Desde entonces, se refugió en el exilio en Macao, amparado por el gobierno de China y ocupado en la inversión de fondos.
Algunos medios internacionales como el rotativo ruso Argumenty i Fakty revelaron que tenía problemas financieros y que había sido expulsado de un hotel de Macao por no saldar una deuda que alcanzaba los 15 mil dólares.
El hermano del líder norcoreano era reconocido por las duras críticas que sostenía contra el sistema de dinastías de su país y sus revelaciones a los medios internacionales que rechazan una estructura gubernamental que permite que el poder se herede de padres a hijos.
El diario El País asegura que el crimen ocurrió tan sólo un día después de que el régimen de su país lanzara un misil balístico de alcance intermedio al mar para “poner a prueba” al nuevo gobierno norteamericano liderado por el republicano Donald Trump.
Este asesinato —dice el rotativo español— se suma a una serie de “novelescas actuaciones” de sus servicios secretos en el exterior y que han incluido el secuestro de ciudadanos japoneses en suelo nipón para trasladarlos a Corea del Norte y se convierte en otro caso de muerte violenta durante el régimen de Jong-un desde que ejecutaron en el 2013 a su tío Jang Song-thaek, considerado como “el auténtico poder en las sombras”.
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