El portavoz del Ministerio del interior afgano, Najeeb Danish informó que en el ataque murieron mujeres, niños y otras 25 personas resultaron heridas. El Estado Islámico se adjudicó la responsabilidad del ataque terrorista a través de los medios de comunicación yihadistas y por la agencia Amaq, medio propagandístico del grupo radical.
El ataque fue dirigido a un convoy de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Kabul, se estima que es el primer atentado del grupo radical contra un convoy escoltado por tropas estadounidenses, el ataque se considera una respuesta del Yihad por el lanzamiento de “la madre de todas las bombas” por parte de Estados Unidos sobre redes de comunicación terrestres del EI en Afganistán.
Las víctimas que se reportan como civiles, fueron trasladados a un hospital cercano a la capital. El gobierno afgano reaccionó condenando los atentados, donde el presidente Ashraf Gani declaró: ”Cobardes ataques, los terroristas ocultan sus sucesivas derrotas”. Por su parte el jefe del ejecutivo Abdulá Abdulá declaró sentirse profundamente triste por el ataque terrorista que mató a civiles inocentes.
A través de un comunicado, las fuerzas armadas estadounidenses, informaron que hay tres soldados heridos mientras escoltaban el convoy bajo mandato de la OTAN. ”Su vida no corre peligro”, se aclaró en el comunicado. De a cuerdo con fuentes testimoniales y videos en redes sociales, los militares extranjeros se transportaban en una unidad blindada cuando el ataque se efectuó.
La explosión dejó un cráter en el suelo sobre una carretera cercana a la embajada estadounidense, así como la ruptura de ventanas en los edificios cercanos. Tres coches civiles y dos militares sufrieron grandes daños, atestiguó un fotógrafo de la AFP. El objetivo del ataque era explosionar el convoy justo en el momento en que circulara más cerca a la embajada y del cuartel general Resolute Supporte, frustrando así la operación dirigida por la OTAN, según fuentes de seguridad.
Operación Mansuri
Días antes, los grupos yihadistas anunciaron el inicio de la llamada ‘ofensiva primaveral’ mejor conocido como Operación Mansuri, en homenaje a su fallecido líder mulá, Ajtar Mansur. Dicha ofensiva consiste en abatir las tropas invasoras extranjeras, sus comunicaciones, sus infraestructuras militares, y de paso a los mercenarios locales (soldados y policías del Estado afgano), amedrentaron los radicales por medio de Amaq.
”El enemigo será vapuleado, acechado, asesinado, capturado y expulsado hasta su última posición en territorio talibán”, amenazó ISIS.
Dicha ofensiva, representa el reinicio de las hostilidades desde la conocida ‘tregua invernal’ entre yihadistas y talibanes contra fuerzas afganas y estadounidenses, en un país asolado por un Estado ‘cuasi fallido’ y una guerrilla en la intemperie de las montañas de Asia central.