Estados Unidos es un país que cuenta con hasta cuatro husos horarios diferentes. Si los números favorecen a uno de los candidatos, conoceremos al ganador cerca de las 22 horas (todos los horarios mostrados a continuación son de la Ciudad de México), pero una elección cerrada podría alargar las elecciones durante varias semanas.
Las casillas abrieron desde muy temprano en el país norteamericano (algunas desde las 7 de la mañana) y cerrarán, en su mayoría, cerca de las 17. En caso de que los votantes sigan formados para intentar votar, los distritos tienen la obligación de atender hasta el último votante. De haber una gran participación a lo largo del país, podríamos ver que las casillas cierren cerca de las 18 horas.
La costa este (una hora más que en la capital mexicana) es la que va más adelantada en el horario: se espera que los primeros informes indiquen una ventaja inicial de Donald Trump. Pero lo importante es el conteo final, no parcial.
El horario del centro (igual que en Ciudad de México) será clave para las aspiraciones de ambos candidatos: en el medio oeste y los Apalaches se encuentran varios estados que ambos candidatos necesitan para llegar al número mágico de 270 votos electorales.
De haber una ventaja clara de parte de Hillary Clinton, las elecciones podrían acabar cerca de las 21:30 horas, cuando la costa oeste (dos horas menos que en la CDMX) empiece a mandar los datos de California, Oregon y el estado de Washington, con los cuales se espera que la demócrata supere el número necesario para la victoria.
Pero hay un estado que podría mantener en vilo a la nación de haber una paridad entre Clinton y Trump: Alaska. En una elección muy cerrada (aunque los expertos calculan bajas probabilidades de que eso ocurra), el estado ubicado en una zona horaria todavía más alejada (los distritos cierran a la medianoche de México) podría definir los últimos votos necesarios para que se declare la victoria de alguno.
El anuncio de los ganadores en cuatro de las últimas seis elecciones se ha dado entre las 21:30 y las 23 horas, cuando los estados clave y que sumados alcanzan 270 votos electorales cierran sus casillas.
Sobresalen los casos de Bill Clinton (en 1992) y de George W. Bush (en 2000), cuyos resultados alargaron la elección. Clinton ganó sus primeros comicios en la madrugada del miércoles siguiente al día de las elecciones.
Pero el caso de Bush y Al Gore fue especial: la indefinición de Florida y lo cerrado del voto en todo el país obligaron a una prórroga que duró varias semanas. Recién el 12 de diciembre, más de un mes después del día de las elecciones, Bush Jr. fue declarado ganador.
La Suprema Corte decidió no continuar el reconteo de los votos en Florida, contradiciendo a las cortes locales. El candidato perdedor, Al Gore, decidió aceptar el resultado sin protestar. El gesto, aplaudido por figuras de ambos partidos, fue clave para que la nación no se viera involucrada en una crisis política y social.
Este martes, Trump se ha negado a confirmar si aceptará el resultado en caso de ser negativo para sus aspiraciones.
Pero 2016 ha sido un año electoral imprevisible. Que los resultados arrojen datos concluyentes depende de muchos aspectos: desde la participación hasta el porcentaje de ventaja de los candidatos en estados clave, así como los votos que acumulen en el Colegio Electoral.
*Con información de: The New York Times, CBS.
