“Odio, eso es lo que siento. No creo que pueda odiar a alguien tanto como a él”, aseguró a la BBC Frances Perks, una de las nueve mujeres involucradas en un escándalo médico que ha dado la vuelta al mundo.
El caso de Perks data de 1997, en ese momento tenía 35 años y tuvo que someterse a una mastectomía —extirpación de la glándula mamaria— por recomendación del cirujano escocés Ian Paterson luego de detectarle bultos en los senos. Pero la operación era innecesaria, al igual que muchos otros procedimientos hechos por el cirujano que jugaba a ser Dios.
“Sufrí nueve operaciones. Perdí mi trabajo por ello y sufrí mucho. Ahora quiero que él sufra”, contó Frances Perks al medio británico.
Fotografía de Frances Perks después de las cirugías. *Fuente: BBC.
Pero el caso de Frances no fue el único: Otros pacientes fueron tratados entre 1997 y 2011 y por esta causa el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) tuvo que indemnizar con cerca de 21 millones de dólares a los afectados.
Durante la investigación a Paterson, descubrieron que los testimonios tenían relación entre sí. Las personas aseguraban que Ian inspiraba confianza por sus estudios y que siempre recomendaba la extirpación de los senos.
Al final siempre lo hizo, ya que entre 1997 y 2011, a todas las pacientes que llegaban con algún tipo de molestia en los senos les hacía el procedimiento regular de biopsia y mamografía.
Aunque los exámenes no mostraran ninguna irregularidad, el doctor siempre optaba por la operación.
“Dejé mi profesión de doctora en la puerta y confié en él, en sus estudios. Me extirpó uno de missenos, además de realizar varias operaciones en mi axila”, relató Rosemary Platt, una médica que fue atendida por Paterson en 1997.
Durante más de 14 años, Ian Paterson siguió con sus prácticas quirúrgicas, pero estos casos, que fueron revelándose poco a poco, no fueron los que desataron las sospechas sobre sus malos procedimientos. Lo que le delató fueron sus esfuerzos por convertirse en un “pionero” de la medicina.
Todo fue revelado con el caso de Marie Pinfield, una mujer que en 2006 fue diagnosticada con cáncer de seno avanzado y acudió a Paterson para que le practicara una doble mastectomía. En vez de aplicar el procedimiento regular como se lo había solicitado Pinfield, el cirujano optó por un método conocido como mastectomía incisiva-ahorrativa (cleavage-sparing), donde básicamente le dejó tejido sobrante.
“No le hizo lo que le pidió. Le dejó tanto tejido que ella tuvo que continuar utilizando sostén tras la extirpación”, explicó Shirley Moroney, hermana de Pinfield.
El problema se agudizó ya que, al tener un cáncer a cuestas, la paciente pidió una corrección en la operación, lo que significó un retraso en el tratamiento de radioterapia y quimioterapia. Pinfield murió de cáncer en octubre de 2008.
Diversas quejas y varias recomendaciones no atendidas de los jefes de Paterson para que no realizara ese procedimiento lograron que la Comisión Médica Británica iniciara una investigación en 2011. Tras varios meses, Paterson fue finalmente arrestado y se le retiró su licencia médica.
Fue finalmente este 29 de abril cuando Paterson, de 59 años, quien “jugó a ser Dios” con sus pacientes, fue hallado culpable de varios cargos de mala praxis médica por un tribunal de Reino Unido. “Realizó procedimientos que eran totalmente innecesarios y que no tenían la menor justificación médica”, fue el veredicto final de la corte de Nottingham, en el centro del país.
El poder omnipotente del médico británico, sin embargo, arruinó la vida de muchas mujeres que ya debían sortear los obstáculos del cáncer.
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