En 1986, el gobierno de Corea del Sur decidió lanzar una campaña propagandística con un mensaje que reflejaba su desesperación: “Una hija vale por diez hijos”.
La razón de esta polémica oración era que el país asiático se enfrentaba al pico más alto de casos de abortos, específicamente de fetos femeninos. Por cada 100 niñas, nacían 116.5 niños, lo que generó que la brecha de género de ese país fuera una de las más altas del mundo.“Existía la idea de que las hijas dejaban de formar parte de la familia cuando se casaban”, explicó Park-Cha Okkyung, directora ejecutiva de la Asociación Coreana de Mujeres Unidas en entrevista para la BBC.
Además, los coreanos tienen la creencia de que los varones son garante de linaje y son el sostén de las familias. Esta creencia viene desde hace varios siglos atrás y era otro factor por el cual las personas abortaban a los fetos de mujeres y preferían volver a embarazarse hasta que tuvieran a un hombre.
La situación encendió las alarmas en el gobierno coreano y el primer paso para intentar revertir la situación fue lanzar en 1986 la campaña propagandística que comunicaba a los ciudadanos de ese país que una hija mujer era diez veces más valiosa que un varón.Dos años después, en 1988, decidieron recurrir a una medida más drástica: Corea de Sur promulgó una ley en la cual prohibieron a los médicos revelar el sexo de los fetos a las mujeres embarazadas, de esta forma, si decidía abortar, no sabrían si el feto era un varón o de una mujeres.
Al mismo tiempo, el gobierno surcoreano ayudó a que más mujeres coreanas acudieran a las escuelas públicas y lograran terminar una carrera universitaria para incorporarlas al mercado laboral y romper con el estigma social de que sólo los hombres eran los proveedores del hogar.Las medidas gubernamentales funcionaron, aunque no fue lo único que contribuyó a que actualmente el país asiático tenga una brecha de género menor que países como China e India, países en donde también registran un alto número de casos de aborto en contra de fetos femeninos.
Tan sólo en India, activistas en pro de la igualdad de género reportan que en la última década 8 millones de fetos femeninos fueron abortados.La antropóloga y experta en demografía de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, Monica Das Gupta, realizó un estudio sobre la disparidad de género en Asia y reveló que, aunque las políticas públicas funcionaron, otro factor fue más importante para que la costumbre del aborto selectivo disminuyera: la urbanización del país.
Según Das Gupta, las familias que preferían tener hijos varones lo hacían porque vivían en zonas rurales y querían que fueran hombres los que heredaran sus tierras para seguir con el legado familiar.
Sin embargo, con la expansión de las zonas urbanas las personas comenzaron a abandonar sus sembradíos para dedicarse a la industria, con lo que el tener un hijo varón o mujer fue un factor irrelevante.Por lo tanto, la antropóloga concluye que sí, el gobierno de Corea del Sur reaccionó a tiempo, pero el principal factor al que se le tiene que atribuir la disminución en la brecha de género de ese país fue el vertiginoso ritmo en el crecimiento de la urbanización.
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