La Iglesia católica volvió a pecar. Los resultados de una investigación de pederastia, iniciada en el 2010, confirmaron que a lo largo de 45 años, alrededor de 547 niños fueron víctimas de diversos abusos en un coro católico en Alemania. 67 de ellos fueron agredidos sexualmente y el resto recibió golpizas, castigos y hambruna.
De acuerdo con la agencia de noticias AFP, un informe que dio seguimiento al caso —que salió a la luz hace siete años— y publicado este martes reveló que los menores de edad fueron abusados en el reconocido coro católico alemán Regensburger Domspatzende, de la catedral de Ratisbona, en el centro de Baviera, Alemania, entre los años 1945 y 1990.
Entre los años 1964 y 1994, el grupo de cantores fue dirigido por Georg Ratzinger, el hermano mayor del anterior Papa, Benedicto XVI y por lo que podría ser acusado de no tomar cartas en el asunto, de “mirar a otra parte y no intervenir”.
*Foto: Vanguardia.
La investigación fue ordenada por la diócesis en mayo del 2015 y dirigida por el abogado Ulrich Weber. Los niños, que sufrieron maltrato físico y agresiones sexuales relataron que pasar el coro fue el peor momento de sus vidas, “marcadas por el miedo, la violencia y la falta de ayuda”.
El texto denuncia caricias, tocamientos, violaciones, castigos físicos como palizas, bastonazos y golpes “con todo tipo de objetos”: llaveros o gruesos anillos. En ocasiones, los menores también eran obligados a comer cuando no tenían hambre o se les prohibía probar bocado cuando era lo que más necesitaban.
En el caso se han visto implicadas 49 personas, quienes formaron parte de la red de abusos y hostigamientos, nueve de los cuales cometieron las agresiones sexuales, aunque, de acuerdo con AFP, “no se espera que enfrenten cargos penales por el tiempo transcurrido desde que se cometió el delito”.
*Logo del coro. *Foto: AFP.
Ahora, cada una de las víctimas recibirá alrededor de 23 mil dólares como compensación. La Iglesia católica define a este caso como uno de los más graves a los que se han tenido que enfrentar en la última década, además de los casos de abusos sexuales de cientos de niños en Irlanda y en Estados Unidos.
En una entrevista para la BBC, el abogado sentenció que el principal agresor fue Johan Meier, el director de la escuela “adjunta al coro” entre 1953 y 1992, quien falleció un año después de su retiro. Sobre sus aficiones, testigos aseguran que con frecuencia llevaba a dos o tres menores de entre 8 y 9 años a su cuarto durante las tardes.
En una entrevista con la publicación alemana Der Spiegel, el compositor alemán Franz Wittenbrink, sentenció que cuando los niños visitaban la habitación del exdirector, les daba vino, “se masturbaba con ellos” pero también los castigaba. “Era un ingenioso sistema de castigos sádicos relacionados con el placer sexual”, dijo el compositor.
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