Normalmente se cree que la tecnología enfocada a la salud se desarrolla para alargar las vidas de personas que padecen enfermedades que hasta hace pocos años parecían ser una sentencia de muerte prematura; cada día surgen medicamentos y aparatos que ayudan a que la calidad de vida de personas enfermas sea mejor y puedan disfrutar más años en compañía de los suyos.
Pero ahora también se ha desarrollado un invento que ayuda a aquellos nuevos seres vivos que por alguna razón salen del útero materno de forma prematura, lo cual expone seriamente su sana sobrevivencia; se trata de un útero artificial que permite que los fetos prematuros permanezcan con vida hasta que alcancen el nivel óptimo de desarrollo para “volver a nacer”.
“Nuestro sistema podría prevenir la severa morbilidad que se produce en niños extremadamente prematuros”, explicó en un comunicado Alan Flake, autor principal del estudio publicado en la revista especializada Nature Communications. “Ofrecemos una tecnología médica que no estaba disponible hasta ahora”.
Según el estudio, este invento desarrollado por investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia es un “ambiente fluido” artificial creado a partir de una bolsa de polietileno que incorpora un circuito de oxígeno, un sistema con el que ya han logrado que animales se mantengan la circulación sanguínea y de gases estable.
Este útero artificial ya se probó con corderos de una edad biológica equivalente a un neonato humano en las semanas 23 y 24 de gestación; a pesar de que la supervivencia de los fetos humanos de 23 semanas ha mejorado gracias a los cuidados intensivos para neonatales, los nacimientos prematuros siguen siendo una de las principales causas de mortalidad y morbilidad en los recién nacidos.
“Esta investigación no aspira a reemplazar el útero durante la primera parte del embarazo, sino que intenta desarrollar nuevos modos de tratar a los bebés prematuros”, señaló Colin Duncan, profesor de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido. “Se trata de un concepto muy atractivo. Este estudio es un paso adelante muy importante, pero todavía existen enormes retos a la hora de refinar la técnica”.
Entre las dificultades técnicas que todavía quedan por superar, Nature Communications destaca que la conexión del útero artificial con el neonato por medio del cordón umbilical “podría no ser posible”, así como la necesidad de desarrollar un líquido amniótico adecuado para los neonatos humanos.
En el comunicado, el Hospital Infantil de Filadelfia indicó que el objetivo de su investigación es mantener en condiciones estables a los neonatos entre las 23 y las 28 semanas de edad de gestación, al entender que más allá de ese periodo se traspasa una barrera a partir de la cual superan los riesgos más severos.
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